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En la noche del pasado lunes 24 de julio acabaron con la vida de Édgar Enrique Díaz Cardona, un joven mecánico de 21 años que cayó cuando departía con un grupo de amigos. Los disparos opacaron la música e iniciaron los gritos y los llantos.
Eran casi las 11 de la noche cuando ocurrió la emergencia en un barrio de Cartagena, y los vecinos no comprendían de dónde habían aparecido la moto y los disparos que mataron a Edgar. Lamentablemente, el hombre, junto a su cómplice, salió huyendo.
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La víctima mortal quedó tendida en el piso a causa de tres heridas por la espalda propinadas por sicarios.
Según un familiar de Díaz Cardona, era un hombre tranquilo, sin enemigos y quien no se esperaba morir de esta manera. Al parecer, como indican sus familiares, todo se trata de una equivocación.
“Entre los que estaban ahí lo llevaron en moto a la urgencia de la Clínica de Blas de Lezo, pero la bala que le quedó acabó con él”, cuenta su tía al diario El Universal, frente a la casa en que vivió el joven.
Las autoridades realizan indagaciones para dar con la captura de los implicados, quienes usaban gorra y no cascos en el momento del asesinato.
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