El caso lo dio a conocer la comisaria de familia de Piedecuesta, municipio del área metropolitana de Bucaramanga, Leticia Tirado Ariza, que dijo a Vanguardia Liberal también que eso ocurría desde hace cuatro años.

La aberrante situación se presentó en un asentamiento humano del sector conocido como Guatiguará, en Piedecuesta, hasta donde fueron Tirado Ariza y la Policía después de que el ICBF se enterara por una llamada, agrega Caracol Radio.

“Nos llegó un oficio del ICBF y con la Policía procedimos a retirar de ese hogar a un total de siete menores de edad: seis niñas y un niño (todos hijos biológicos del señalado violador)”, dijo Tirado Ariza a Vanguardia. “Cuatro de estas menores de edad, de 10, 12, 15 y 17 años, manifestaron en entrevistas que su padre las venía accediendo carnalmente”.

“Las niñas preferían que les hiciera de todo a ellas con tal de que no tocara a las hermanitas y el hermanito menor (de 2, 5 y 8 años)”, agregó Tirado Ariza al diario bumangués.

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Las víctimas fueron llevadas al Instituto de Medicina Legal, donde fueron valoradas y sometidas a exámenes para corroborar las agresiones, informó ese medio. “Ya Medicina Legal las valoró y estableció que había acceso, en las cuatro niñas”, dijo Tirado Ariza al diario.

Vanguardia agrega que “el hecho que más indigna a la autoridades tiene que ver con que presuntamente los abusos sexuales contaban con el beneplácito de la madre, quien durante todo este tiempo nunca denunció las agresiones sexuales cometidas por su pareja contra sus hijas”.

Por esa razón, termina el periódico, “las menores quedaron bajo protección de las instituciones del Estado y de una tía materna, mientras se adelanta la investigación penal en contra de los acusados”.