La mujer tiene menos de 1,30 metros de estatura, hace poco perdió gran parte de su visión y ya no habla de manera fluida, informó Noticias Caracol.
El noticiero indicó que Sara no cuenta con un registro de nacimiento debido a que, para la época en que ella llegó al mundo, ese documento no existía aún. Ella solo tiene una partida de bautismo, la primera forma de identificación nacional que se instauró en el país, en 1930.
Jorge Junior Montes, registrador de Barrancabermeja, aseguró al informativo que la cédula de Sara fue expedida en 1958 y luego se actualizó en noviembre de 2002. Esa afirmación la hizo tras una búsqueda en el Archivo Nacional de Identificación.
Maria Eugenia Cuesta, directora del asilo donde vive Sara, contó a El Tiempo que no se conoce ningún familiar de la mujer, pues desde que llegó a ese lugar, nadie la ha visitado.
Cuesta añadió que la salud de Sara es muy buena para la edad que tiene:
“Ella camina solita, come de todo, está consciente, sabe de qué le están hablando, es lúcida, lástima que no pueda expresarse pero ella se hace entender”.
Según el testimonio de la directora, Sara ni siquiera tiene diabetes y, a pesar de que en el asilo se han presentado pandemias, “a ella no le pasa nada, ni una gripa”.
Blu Radio rescató la historia de esta colombiana y afirmó que ella es “la mujer más longeva del mundo”; sin embargo, esto no se puede garantizar si se tiene en cuenta que, hace unas semanas, una peruana afirmó que tenía 122 años (4 años más que Sara).
Esa historia salió a la luz luego de que la organización de los Récord Guiness le diera el título de la “persona más longeva del mundo” a una japonesa de 116 años. En ese momento, ella también fue declarada “decana de la humanidad”.
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