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En el parque El Pomar de Manrique, en Medellín, decenas de funcionarios del Gobierno y ciudadanos se quedaron esperando, el pasado viernes 22 de diciembre, al presidente Gustavo Petro para que lanzara el programa ‘Jóvenes en Paz’, pero él no llegó. Aunque se trataba de una de sus banderas de gobierno, el mandatario incumplió con la cita y le delegó la tarea a la vicepresidenta Francia Márquez.
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La presencia de Petro para encabezar el lanzamiento estaba confirmada, pero el día del evento desde la Casa de Nariño se descartó su llegada. Esta ausencia no pasó desapercibida, ya que se trató de un desplante no solo para Laura Sarabia como la abanderada del programa, sino además a un grupo de jóvenes que lo esperaba para que oficializara este programa que tiene como fin arrebatarle a esa población a los grupos delincuenciales.
Ante la sorpresiva cancelación, desde Palacio dieron una explicación escueta y se limitaron a argumentar que Petro se ausentó porque estaba adelantando “reuniones de planeación estratégica” de su gestión en 2023 y lo que viene para el año nuevo. Sin embargo, no dejó de llamar la atención que este desplante se dio justo cuando el jefe de Estado había ‘desaparecido’ del mapa.
Se ‘perdió’ tras visitar Ibagué
24 horas antes del desplante en Medellín, Petro había arribado a la ciudad de Ibagué, en donde adelantó su agenda y participó del cierre del año del sector solidario. Pero luego de la jornada de trabajo en la capital del Tolima, su paradero se volvió un ‘enigma’ y su reaparición ante la opinión pública se dio dos días después, el sábado 23 de diciembre.
La visita del mandatario a Ibagué tuvo amplio eco luego de que aseguró en un belicoso discurso que en las elecciones presidenciales de 2026 “no vendrá un gobierno de ultraderecha a borrar todo lo que he hecho (…) mamola”. Y esta frase no fue lo único que llamó la atención de los ciudadanos y de los medios locales.
También se difundieron imágenes de una parte del escenario con decenas de sillas vacías mientras Petro daba su discurso y la ciudadanía denunció que colapsó la movilidad en las avenidas Mirolindo y Pedro Tafur debido al cierre total de algunas calles en medio del operativo de seguridad por el arribo del mandatario.
A esto se le suman las versiones que apuntaron a que el avión en el que se movilizaba el mandatario, que es operado por la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC), se quedó parqueado en el Aeropuerto Nacional Perales de Ibagué esperando al mandatario hasta el sábado en la mañana, lapso de tiempo en que no se supo nada acerca de su destino.
Sin pistas sobre su paradero
Este diario se dio a la tarea de averiguar con fuentes oficiales para contrastar esta versión y confirmó que el paradero del presidente Petro se convirtió en una especie de secreto de Estado, pues varias entidades se negaron a suministrar información y, de nuevo, la respuesta que entregaron desde la Casa de Nariño fue escueta.
Desde la Aeronáutica Civil (Aerocivil), que es la encargada de administrar el espacio aéreo, aseguraron que al tratarse de un tema de “aviación de Estado” la respuesta sobre los movimientos del avión presidencial debía darla directamente la FAC, sin embargo esta institución se negó a dar explicaciones y le ‘chutó la pelota’ a la Casa de Nariño.
Por su parte, la secretaria para las Comunicaciones y Prensa de la Presidencia, María Paula Fonseca, se negó a dar explicaciones sobre el paradero del mandatario entre el 22 y 23 de diciembre y el tiempo que permaneció en Ibagué. La alta funcionaria leyó las inquietudes que le envió este diario, pero al cierre de esta edición no respondió.
La única respuesta al respecto la dio uno de los integrantes del equipo de prensa de la Presidencia, quien afirmó que Petro “no se quedó en Ibagué y solo fue a cumplir su agenda ese día”. No obstante, no fue posible que en Palacio dieran explicaciones sobre los dos días consecutivos de ausentismo del jefe de Estado.
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Lo cierto es que esta ‘desaparición’ del mandatario ante la opinión pública quedó expuesta con su ausencia en eventos del 22 al 23 de diciembre –como el de Medellín– y con su inactividad en la red social X (antes Twitter), pues no publicó sus habituales trinos entre la 1:51 p.m. del jueves y las 9:14 a.m. del sábado.
Reunión del cooperativismo del suroccidente en Ibagué, Tolima pic.twitter.com/JSpmoc5iUM
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 21, 2023
Comienza "Jóvenes en Paz" pic.twitter.com/0mbci6pLtY
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 23, 2023
Y no está de más que el país quiera conocer en detalle qué hace el mandatario antes, durante y luego de sus habituales viajes nacionales e internacionales, que implican cuantiosos gastos. Al respecto, este martes la senadora María Fernanda Cabal detalló, gracias a información que obtuvo con una serie de derechos de petición, que Petro ha viajado 704 veces con un costo aproximado de los vuelos de 24.648 millones de pesos en los 15 meses que lleva en el poder.
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Esta no es la primera vez que Petro se ‘pierde’ del mapa y parece que no será la última, pues aunque la agenda del presidente es un asunto de interés público y debe ser de público conocimiento, la claridad sobre su paradero se volvió un ‘secreto de Estado’ del que nadie en la Casa de Nariño se atreve a dar razón alguna.
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