De acuerdo con el noticiero, el principal testimonio es de Elkin Casarrubia, alias ‘el Cura’, quien señala como principal promotor al entonces coronel Leonardo Barrero, quien posteriormente se convirtió en comandante de las Fuerzas Militares, quien ahora está investigado por posibles nexos con paramilitares, narcos como alias ‘Matamba’ y falsos positivos.

En un video que ya estaría en manos de la JEP se ve que él sería el principal actor de la falsa desmovilización de 242 guerrilleros que en realidad terminaron en las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 1996.

Su entrega al batallón Junín se dio en Córdoba junto a Francisco Morela, alias ‘Sarley’, quien llegaría a ser segundo jefe del Clan del Golfo, detrás de su cuñado, alias ‘Otoniel’. Según ‘el cura’, al menos tres helicópteros del Ejército los recogieron en el municipio de Tierralta y los llevaron a una finca paramilitar bajo la atenta mirada de alias ‘Móvil 5’, de las AUC.

Allí llegó incluso el gobernador de Córdoba, altos mandos militares (incluyendo a Barrero), quienes los acompañaron hasta entrega de fusiles, aun sabiendo que estaban en predios paramilitares, según relata Casarrubia. Luego, asegura, se reunieron con el mismo Carlos Castaño en finca ‘Las tangas’.

‘Otoniel’ también se convirtió en paramilitar con complicidad del Ejército

La supuesta desmovilización fue en realidad un cambio de brazalete, asegura ‘El cura’, quien también dice que detalla que los guerrilleros convertidos en paramilitares fueron enviados a Antioquia, los llanos orientales, Valle, Chocó y la costa Caribe.

Lee También

En las falsas desmovilizaciones también habla de la participación del entonces ministro del Interior, Horacio Serpa, y el general Iván Ramírez, comandante de primera división del Ejército.

Pero del otro lado figuraban Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, junto a su hermano, conocido con el alias de ‘Giovanni’ y alias ‘Marihuano’, quienes también pasaron de las filas de las guerrillas a las de las autodefensas con la mediación del Ejército.

No todos los guerrilleros cambiaron de bando voluntariamente

Más testimonios citados por el mismo medio indican que varios combatientes acudieron a las falsas desmovilizaciones para limpiar antecedentes de la guerrilla, pero otros ni siquiera parecían estar enterados. Uno de ellos relata que habría sido entregado a paramilitares sin su consentimiento.

Sucedió en el municipio de Valencia, Córdoba, donde fueron dejados a su suerte antes de que apareciera un grupo armado en camionetas: “Nos recogen, pero nadie sabía quiénes eran. Estábamos asustados”, dice pues se fijaron que portaban fusiles AK-47, que no son armas regulares de la Fuerza Pública.

“Casi todos los desmovilizados de esa época fuimos a parar a grupos paramilitares. No era ni siquiera decir ‘quiénes quieren’, ‘quiénes van’ o ‘quién no’. Llegaban a la finca; ‘necesitamos 20 muchachos, formen aquí'”, recuerda.