El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
El expresidente colombiano Ernesto Samper reiteró su compromiso político a pesar de la reciente decisión del Consejo de Estado, que suprimió la personería jurídica del movimiento Poder Popular, agrupación con raíces de casi medio siglo. Samper considera que la medida se inscribe en una tendencia creciente de decisiones judiciales y electorales que, en su criterio, buscan restringir el margen de acción de las fuerzas progresistas en Colombia. Según ha expuesto Samper en sus declaraciones públicas y mediante su cuenta personal en la red social X, no necesita un permiso formal para continuar promoviendo cauces de participación política, y sostiene que fortalecerá la unidad progresista mediante la integración de diversos sectores, entre los que destaca el Pacto Histórico, los Unitarios, liberales progresistas y organizaciones socialdemócratas respaldadas por los procesos de paz y la integración con el Sur Global.
El propósito declarado de Samper y muchos líderes afines es consolidar un frente amplio inspirado en el llamado que el presidente Gustavo Petro ha realizado en diferentes escenarios. La iniciativa busca establecer un bloque capaz de seleccionar, mediante consulta popular interpartidista prevista para marzo de 2026, un candidato único de la izquierda y centro izquierda, con la presencia de figuras representativas como Roy Barreras, Juan Fernando Cristo y Luis Gilberto Murillo. Esta estrategia responde a la fragmentación y a los desafíos judiciales que, de acuerdo con El Espectador, han afectado la capacidad de los partidos progresistas para presentar candidatos y mantener una representación significativa en los espacios políticos.
Desde el Ejecutivo, el presidente Petro ha señalado que las recientes determinaciones judiciales han alterado el espíritu de apertura política consagrado en los acuerdos de paz. Petro argumenta que la cancelación de personerías, sumada a trabas legales y electorales, limita la creación de partidos y mina la confianza pública en el ejercicio democrático. Este panorama ha intensificado el debate sobre el papel de las instituciones electorales y judiciales en la garantía de pluralismo y participación incluyente, especialmente a la luz del conflicto armado y sus secuelas sobre la vida política nacional.
Expertos y analistas del ámbito electoral, citados por El Espectador, recalcan que la pérdida de personería jurídica implica la imposibilidad de postular candidatos en comicios nacionales y locales. Esto genera un debilitamiento inmediato y duradero en la proyección política de ciertos sectores. A ello se suma la evidencia de la Misión de Observación Electoral (MOE), que advierte sobre el creciente número de disputas legales que afectan a partidos minoritarios y emergentes, especialmente aquellos afines al progresismo, contribuyendo a elevar la tensión político-judicial.




Las dinámicas observadas en Colombia se corresponden con desafíos similares experimentados por movimientos progresistas en otros países latinoamericanos. Un informe del Latin American Public Opinion Project (LAPOP) indica que la judicialización de la política y el recorte de las posibilidades de partidos nuevos son tendencias alarmantes para la pluralidad y la renovación en la región. En esta línea, el planteamiento de Samper se enmarca en la defensa de mecanismos que amplíen, y no restrinjan, la participación y representación política.
La idea del frente amplio se nutre de experiencias regionales como la chilena, donde espacios de convergencia han articulado alternativas políticas de peso, aunque sorteando tensiones y desafíos de cohesión. Según el Centro de Estudios Públicos (CEP) de Chile, estos frentes han imprimido dinamismo y diversidad, pero a costa de equilibrar intereses divergentes. Así, la apuesta de Samper recoge lecciones importantes sobre la complejidad de conformar alianzas sólidas en contextos fragmentados.
En conclusión, la reacción de Ernesto Samper frente a la pérdida de la personería jurídica de su movimiento supera el plano individual. Su postura representa una estrategia encaminada a articular las fuerzas progresistas, sobreponiéndose a obstáculos institucionales y revitalizando la competencia política de cara a 2026. El futuro del progresismo colombiano dependerá, en gran medida, de la capacidad de agrupar diversos sectores bajo una plataforma común en un entorno institucional desafiante y sujeto a debate.
¿Qué significa la personería jurídica en el sistema político colombiano? La personería jurídica es un reconocimiento oficial otorgado a partidos y movimientos políticos para que puedan presentar candidatos en elecciones, acceder a financiación estatal y participar en la vida democrática del país. Su pérdida, como explican expertos citados por El Espectador, implica la imposibilidad de actuar políticamente en escenarios electorales, afectando especialmente a movimientos emergentes o minoritarios que buscan representación.
¿Por qué es importante un frente amplio progresista en Colombia actualmente? El concepto de frente amplio responde a la necesidad de unificar distintas fuerzas políticas progresistas y de centro izquierda, que de otra manera estarían fragmentadas y debilitadas ante los obstáculos legales y políticos existentes. Inspirada en experiencias de países como Chile, esta figura representa una vía para incrementar la competitividad electoral y maximizar la inclusión política bajo circunstancias adversas, como las recientemente experimentadas tras la decisión del Consejo de Estado.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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