El retiro del sargento Díaz fue confirmado por el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro, que en rueda de prensa defendió la salida del suboficial luego de que militares que estaban bajo su cargo aceptaran haber violado a una niña indígena de 12 años, en Risaralda.
“Quiero ser claro con ustedes y es que era su obligación moral, institucional y legal la de informar, porque es el proceder de un servidor […] y su responsabilidad es mayor porque era el comandante directo de la unidad a la que pertenecían los implicados. Denunciar es una obligación, pero prevenir era su responsabilidad particular”, argumentó el general Zapateiro, y dijo que también fueron retirados dos cabos de esa unidad.
El alto oficial también dijo que si estos tres suboficiales “hubiesen cumplido” con sus labores como comandantes, “nada de lo que hoy nos indigna y nos ocupa por estos hechos lamentables hubiese sucedido”.
Fue así como justificó su “mano dura” y advirtió que este abuso sexual obedeció justamente a la falta de mando y de autoridad de los comandantes.
Pero el sargento Díaz aseguró, por medio de su abogado, que él envió un reporte dos días después de que ocurrieron los hechos (el abuso fue el 21 de junio), en el que, supuestamente, les avisaba a sus superiores que siete soldados que estaban bajo su mando eran acusados de haber violado a una niña del resguardo embera Chamí.
Esa versión la recogió El Tiempo que, además, dialogó con el abogado Óscar Moreno, que representa al suboficial retirado.
“El propio sargento acompañó a la familia de la menor a presentar la denuncia y tomó todas las acciones protocolarias sobre los soldados. Además, el reporte que envió está escrito a mano y en hojas de cuaderno porque en la zona donde estaba no tenía acceso a elementos informáticos y la norma indica que estos reportes se deben enviar a la menor brevedad posible”, aseguró Moreno al diario capitalino.
Esta es la declaración del general Zapateiro sobre el retiro de tres suboficiales.
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