El asesinato de Maximiliano Cañón, un reconocido esmeraldero del departamento de Boyacá, ha despertado los rumores sobre la reactivación de la guerra por esta piedra preciosa en el país y particularmente en Bogotá. Este comerciante fue baleado por dos sicarios quienes le dispararon cuando se encontraba en un restaurante, en el norte de la ciudad.

Según un artículo de Alfredo Molano del 5 de septiembre de 2017, en Revista Semana, para hablar del conflicto de las esmeraldas, hay que remontarse al momento en el que claramente se observó la relación entre violencia y explotación de esta piedra que fue la década de 1950, particularmente con la aparición de los ‘pájaros’ en Boyacá. Desde ese momento, Efraín González, alias ‘Siete Colores’, lideró el negocio en el departamento de Boyacá, zona naciente de este largo problema que ha afectado al país.

Este hombre se alió con comerciantes conservadores que manejaban el negocio de las esmeraldas. Le pagaron su eficacia y su fidelidad con el control de las minas de Peñas Blancas, cerca de Muzo, Boyacá. Desde ese momento, se convirtió en uno de los más célebres bandidos de la segunda mitad del siglo XX. Libró una violenta guerra contra los liberales y puso en jaque al Ejército colombiano. Murió en un operativo en su contra en 1965.

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A partir de ese momento, son varias las personalidades que han visto en ese negocio una posibilidad de enriquecerse de una manera fácil, aunque involucrándose en el mundo de la violencia y el narcotráfico. Es así que se da la aparición de sujetos como Gonzalo Jiménez ‘Gacha’, Gilberto Molina, Víctor Carranza, Pedro Nel Rincón, alias ‘Pedro Orejas’, Luis Murcia Chaparro, entre otros.

Todos ellos se disputaban por el dominio territorial de diferentes departamentos y el control absoluto por la explotación de las esmeraldas. Se estima que durante esta guerra, que empezó con la muerte de Efraín González en 1965, y terminó diez años más tarde, hubo más de 1.200 muertos en los municipios de Chiquinquirá, Muzo, Coscuez, Borbur y Somondoco. En 1980, en Muzo, llegaron a haber 35.000 guaqueros.

Fue una época en la que se conformaban clanes y se repartían ajustes de cuentas con ejércitos sicariales que mataban a diestra y siniestra a todo aquel que era considerado como enemigo. La iglesia, el Gobierno y los zares de este negocio, decidieron finalizar esta guerra con la repartición de las diferentes minas, que a partir de ese momento le iban a pertenecer a clanes específicos. Fue así que se acabó con la primera guerra verde y el matrimonio bien avenido entre esmeraldas y narcotráfico. 

Las dudas de la muerte de un hombre en un restaurante del Parque de la 93, en Bogotá  

Ahora, la muerte de Cañón, quien se dedicaba desde hace varios años al comercio de las esmeraldas, ha revivido los rumores por la reactivación de esta guerra por la piedra preciosa, pues en 2014 se dio la muerte de Pedro Rincón, hijo de ‘Pedro Orejas’, quien fue extraditado en 2018 por narcotráfico.

En ese asesinato fue señalado Cañón, y desde ese momento sobre él han recaído varias amenazas en su contra. Sin embargo, lo que más despierta dudas en este caso es la forma en que se están cometiendo las ejecuciones, pues históricamente los esmeralderos siempre operaron con grandes ejércitos para cometer los crímenes, cosa que no pasó en este caso y que no ha venido sucediendo con los últimos episodios. 

En 2021, se presentó otro asesinato cuando dos sicarios dispararon contra dos hombres relacionados al mundo de las esmeraldas en un parqueadero del centro de Bogotá. En esa ocasión, una de las víctimas fue identificada como Jorge Enrique Gómez, de 40 años, un hombre que se dedicaba al comercio de las piedras preciosas  y que era cercano al fallecido zar Víctor Carranza.

El otro sujeto que fue baleado fue reconocido como Luis Gamboa y se desempañaba como escolta de Gómez, ambas personas fueron asesinadas en la entrada del parqueadero.