Más de cinco millones de colombianos sufren o han sufrido desnutrición crónica, y como consecuencia son menos inteligentes y más pobres por culpa del hambre, según cifras de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco).

El 10,8 % de los niños menores de 5 años en Colombia, es decir, más de 500.000, tienen desnutrición crónica, una enfermedad irreversible que afecta no solo a su crecimiento sino “también a su desarrollo físico, cognitivo y emocional”.

Un niño nacido en Colombia que sufra desnutrición crónica solo alcanzará del 50 al 60 % de su potencial de ingresos, agregó Abaco.

Durante los tres primeros años de vida se forma el 80 % del cerebro de los seres humanos, por lo que la óptima nutrición es fundamental para garantizar que aumente la masa cerebral y que se conecten las neuronas.

(Vea tambiénDesnutrición en niños menores de 5 años en Colombia se disparó en comienzo de 2022).

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El desarrollo cognitivo determina el aprendizaje, la capacidad de procesar mejor y entender todo lo que sucede en el entorno y todo ello es clave para lograr un mejor rendimiento escolar y un mayor éxito en la vida adulta.

De esta forma, el hambre y la desnutrición hacen que las personas “sean menos inteligentes, menos productivas y más propensas a sufrir enfermedades, por lo que no suelen ser capaces de aumentar sus ingresos y mejorar sus medios de vida”, detalló la asociación.

La evidencia científica demuestra que un adulto que sufrió desnutrición crónica en los primeros dos años de vida tiene 14,6 puntos menos de coeficiente intelectual, cinco años menos de educación y 54 % menos de salario en su vida adulta.

“Los bancos de alimentos trabajamos todos los días por mejorar las condiciones nutricionales de las personas más vulnerables del país”, aseguró el director de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia, Juan Carlos Buitrago.

En Colombia, alimentarse adecuadamente cuesta un promedio de 423.000 pesos mensuales, pero hay 20,2 millones de personas que ganan 354.000 pesos o menos, lo que se traduce en que no tienen para comprar una canasta básica, según esta organización.