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Escrito por:  Ana María Triviño
Estudiante de la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario     Jul 8, 2024 - 4:18 pm

La energía es crucial para el desarrollo humano en la sociedad. En Colombia, la falta de acceso de energía en las zonas no interconectadas (ZNI) representa un problema fundamental para el desarrollo del país, ya que limita el  acceso a servicios básicos como la educación y la salud principalmente, además que  afecta el desarrollo económico de estas regiones. Junto a lo anterior, esto conlleva que  estas estas zonas estén aisladas en términos energéticos con el resto de la sociedad.

(Ver también: ¿Se podría medir el caos en Transmilenio?)

¿Qué son zonas no interconectadas?

Según el artículo 11 de la Ley 143 de 1994, estas zonas se definen como áreas geográficas donde el servicio público no se presta a través del sistema interconectado  nacional.

Ahora, acorde a la superintendencia de servicio, alrededor del 52% del  territorio colombiano se encuentra en zonas no interconectadas, una proporción  significativa. Por lo tanto, el acceso a la energía, que se considera un derecho, no está  disponible para todos los ciudadanos de manera adecuada. 

En el año 2003 con la Ley 855, estableció la FAZNI, fondos destinados al apoyo  financiero para la electrificación de las zonas no interconectadas, los cuales buscan  financiar programas y proyectos de inversión en infraestructura energética en estas  áreas. 

¿Cuál es la razón por la cual no se ha logrado  abordar adecuadamente está problemática?

Las ZNI se destacan por su riqueza en recursos naturales y biodiversidad, sin embargo,  esta misma característica presenta un desafío para su energización. La variada  topografía, que incluye terrenos montañosos, selváticos y fluviales, dificulta la  construcción de redes de distribución similares a las del sistema interconectado  nacional.

Además, las comunidades que residen en estas zonas tienden a tener estilos  de vida diferentes a los de las áreas urbanas, lo que requiere considerar y analizar las  perspectivas para entender de mejor forma lo que se considera bienestar para cada  ciudadano de acuerdo con su contexto. Esto puede dar lugar a situaciones, donde los  habitantes de las ZNI no perciban la electrificación como una necesidad o no acepten  los proyectos plasmados debido al impacto ambiental que conllevaría a su entorno. 

La energía más que un servicio, es fundamental para el progreso, sin embargo, en un  país donde más de la mitad del territorio se encuentra no se interconectado, el acceso a  la energía se convierte en un desafío. Por ello, es esencial reconocer que el acceso  a la energía no solo implica la instalación de infraestructura física, sino también la  comprensión y el respeto de las necesidades, junto a las perspectivas de las  comunidades locales. Por lo tanto, se requiere un cambio de perspectiva, en donde se  aborde un enfoque integral que no solo tenga aspectos técnicos y financieros, sino  también sociales, culturales y ambientales.

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