Q’HUBO realizó un recorrido por varias calles y carreras de estos sectores del Noroccidente de Ibagué y comprobó el penoso estado en el que permanecen y el padecimiento de los conductores que se ven obligados a cruzarlas.

En la carrera 12 con calle 16, vía que conduce de Ancón hacia el sector La Trinidad, hace algún tiempo se realizó un trabajo de adecuación de la red alcantarillado. Sin embargo, de esos trabajos quedó una grieta en la mitad de la calzada, que apenas si se rellenó con tierra. Para los motociclistas es asequible esquivar la chamba, pero para los conductores de automóviles no es tan sencillo. La vía, además, presenta otros agrietamientos. El deterioro es general.

Los motociclistas, al no poder esquivar los enormes cráteres que limitan su movilidad, deben frenar antes de arriesgarse a pasar por una chamba que ocupa la mitad de la calzada, en sentido norte-sur. En el caso de los conductores de vehículos, la obligación es bajar la velocidad, para evitar daños en los rodantes. Estos huecos son más peligrosos en días de lluvia, pues al llenarse de agua, provocan que quienes no están familiarizados con la zona, no puedan calcular su profundidad, generando riesgo de accidentes.

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Desde hace mucho tiempo la calle 17, entre carreras Novena y Décima en Pueblo Nuevo, vía que comunica con Ancón, está llena de grietas y hundimientos. Ni siquiera el hecho de que por allí circule la ruta 50 de transporte público; o de que se trate de una de las vías de acceso a varios sectores de la comuna Dos, ha incidido en que se tome en cuenta para su adecuación. El tramo más crítico es el aledaño a la planta de Celsia, en la intersección que sale hacia la calle 15. Muchos taxistas, por ejemplo, que se dirigen hacia sectores de la zona, prefieren evitar esta calle como ruta de acceso.

La calle 16A entre Ancón y la urbanización Pablo VI, cerca a la parroquia San Cayetano es el dolor de cabeza de muchos taxistas que han manifestado que la suspensión de los vehículos se ve afectada en vías como estas. La ‘peladura’ en la capa asfáltica ocupa unas cuatro cuadras y se ha disimulado un poco porque la comunidad ha rellenado las hendiduras con recebo, pero esto no es suficiente para que quede apta para la circulación de vehículos. El deterioro va desde el parque biosaludable, hasta la calle que comunica con la Universidad Antonio Nariño.