
El tráfico de animales es la tercera más común de Colombia después de las drogas y las armas de fuego, una situación que sin duda preocupa a las autoridades porque algunos pueden ser muy peligrosos tanto para los ecosistemas como para las personas.
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De hecho, a muchas personas les parece divertido el tema de tener animales exóticos y poco conocidos para mascotas como señal de grandeza o poder, pero lo cierto es que eso puede tener consecuencias bastante graves.
Una situación así se encontró en las últimas horas en el municipio de Villeta, en Cundinamarca, pues las autoridades ambientales, en trabajo conjunto con la Corporación Autónoma Regional (CAR), incautaron tres serpientes que pretendían ser usadas como mascotas.
“Dos de las serpientes, de matiz amarillo, son originarias de Costa Rica y una tercera, de color verde, proviene del continente africano. Estos especímenes tenían como destino final la ciudad de Medellín, donde se realizó la negociación entre particulares a cambio de una alta suma de dinero para adquirirlas como mascotas”, explicó la CAR por medio de un comunicado.




Apenas fueron incautadas, las autoridades las pusieron a disposición de unos expertos en la materia para conocer su estado de salud y cuidarlas de la mejor manera posible, ya que el largo viaje y las condiciones inadecuadas pudieron afectarlas notablemente.
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Por qué es peligroso el tráfico de animales
El tráfico de animales representa una amenaza grave tanto para la biodiversidad del planeta como para la salud pública y la seguridad de las comunidades. Estas son las principales razones por las que esta actividad es considerada peligrosa:
- Pone en riesgo la biodiversidad: el comercio ilegal de fauna provoca la disminución de especies en su hábitat natural. Muchas veces, los animales capturados no logran sobrevivir al proceso de extracción y transporte, lo que acelera su extinción. Esta pérdida afecta el equilibrio ecológico y rompe cadenas alimenticias esenciales.
- Favorece la extinción de especies: especies exóticas como el jaguar, el loro amazónico o ciertos tipos de tortugas son altamente codiciadas, lo que incrementa la presión sobre sus poblaciones. Algunas de estas especies ya se encuentran en peligro crítico y el tráfico ilegal podría hacerlas desaparecer por completo.
- Genera riesgos para la salud humana: el contacto con animales silvestres puede ser un canal para la transmisión de enfermedades zoonóticas (que se transmiten de animales a humanos), como ocurrió con el ébola o la gripe aviar. Estas enfermedades pueden surgir cuando se manipulan animales en mercados ilegales sin controles sanitarios.
- Alimenta redes criminales: el tráfico de fauna no es un delito aislado. En muchos casos, está vinculado a organizaciones que también se dedican al narcotráfico, la trata de personas y el contrabando de armas. Este comercio ilícito genera ganancias millonarias y dificulta el control de otras actividades criminales.
- Afecta ecosistemas completos: la extracción de una especie animal, por insignificante que parezca, puede tener efectos dominó en el entorno. Por ejemplo, si se saca de su hábitat a un depredador natural, se puede disparar la población de otras especies que alteren la vegetación o el equilibrio ecológico.
- Causa sufrimiento animal: los animales traficados suelen ser transportados en condiciones inadecuadas: jaulas pequeñas, falta de alimento, estrés extremo y heridas no tratadas. Muchos mueren antes de llegar a su destino final.
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