Ambas empresas figuran en el registro del Consejo Nacional Electoral como donantes de 40 y 20 millones de pesos, respectivamente, a la campaña del actual alcalde de Bogotá en 2015. La sede de campaña incluso estuvo ubicada en el sector que sería intervenido con la iniciativa, entre las carreras 15 y 13, y la calle 85 con el parque el Virrey, en la localidad de Chapinero.
En su más reciente columna de Semana, Coronell agrega que hay evidencia de una tercera donación de $ 47’223.800, de parte de la empresa matriz de Arpro, Chaid Neme Hermanos S.A. Según él, la familia Neme tiene la representación de Volvo en Colombia, aunque reconoce que no halló evidencia de que haya relación alguna con el suministro de buses para Transmilenio.
El periodista asegura que el alcalde modificó el Plan de Renovación Urbana para “mejorar el negocio a los constructores del proyecto” pese a haber recibido contribuciones suyas. Eso sin contar con las objeciones de la Defensoría del Pueblo y las críticas de vecinos del barrio La Cabrera.
“Lo mínimo que debería haber hecho el alcalde Peñalosa habría sido declararse impedido para tomar decisiones que enriquecerán sustancialmente a sus antiguos mecenas”
En su cuenta de Twitter le formuló la pregunta directa:
Señor alcalde @EnriquePenalosa permítame preguntarle respetuosamente: ¿Recibió donaciones para su campaña de los constructores de Proscenio? Si la respuesta es afirmativa ¿Por qué no se declaró impedido para tomar decisiones sobre el proyecto?
— Daniel Coronell (@DCoronell) February 16, 2019
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De acuerdo con el columnista, los habitantes del sector controvierten datos de la alcaldía, según los cuales por el cruce de la calle 86 con carrera 11 transitan 132 vehículos por hora, diciendo que en realidad contabilizaron 564. Con esto advierten que una vez levantada la obra, el tráfico en el sector colapsará.
También comparan el área en cuestión con la del centro comercial Unicentro, que tiene 3.200 parqueaderos y 99.000 metros cuadrados construidos en 12 hectáreas, mientras en Proscenio habría 3.903 estacionamientos y se levantarían 175.000 metros cuadrados de comercio, viviendas, oficinas y un teatro en solo 2,8 hectáreas.
Peñalosa rebatió las críticas en una serie de trinos, aunque no se refirió al tema de los aportes de las constructoras y las preguntas directas que deja la columna. Primero explicó que el plan está aprobado desde 2010, y sostuvo que su decreto lo que hizo fue aumentar el espacio público contemplado en el proyecto.
El decreto de Proscenio se modificó para mejorar la calidad del espacio público y aumentarlo. Los metros cuadrados de construcción permitidos se mantuvieron exactamente iguales al decreto original que se encontraba vigente desde 2010.
— Enrique Peñalosa (@EnriquePenalosa) February 16, 2019
En su concepto, esa determinación hizo que se mejoraran las condiciones con las que se podrían construir edificios en los predios comprendidos por el proyecto bajo la Unidad de Planeación Zonal (UPZ) anterior:
Para la Ciudad es mucho mejor un gran Plan de Renovación urbana como Proscenio, estudiado e integrado; que hacer en cada uno de los 109 predios existentes, un edificio con la norma de la UPZ original.
— Enrique Peñalosa (@EnriquePenalosa) February 16, 2019
El alcalde también defendió el estudio de la secretaría de Movilidad y sus cálculos de densidad de tráfico, al tiempo que detalló que en materia de movilidad se contempla construir un deprimido en la calle 86 A entre carreras 13A y 15, aumentar la capacidad de la calle 85 en un carril en dirección oriente-occidente y darle mayor importancia como corredor a la calle 87 entre la carrera 15 y la Autopista Norte.
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