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El caso de los usuarios del servicio de salud para pensionados y beneficiarios de la Policía Nacional en Manizales pone al descubierto una crisis estructural que va mucho más allá de la mera ausencia de atención médica oportuna. Familiares como Blanca simbolizan el drama cotidiano: ella ha buscado durante años gestionar citas para sus padres sin encontrar respuesta, enfrentando la falta tanto de recursos presupuestales como de acceso real a servicios básicos. Este panorama no solo abarca la imposibilidad de acceder a especialistas, sino que incluye la ausencia frecuente de medicamentos esenciales, una problemática reportada por numerosas familias en la ciudad.
El asunto ha sido denunciado con persistencia tanto por los propios usuarios como por veedores internos. Gloria Stella Sánchez, reconocida veedora, apoya a quienes recurren al mecanismo de la tutela para proteger el derecho fundamental a la salud. Por su parte, José William Yepes, con más de dos décadas en la Institución, evidencia la gravedad de la falta de especialidades médicas esenciales, problema agravado por la precariedad y temporalidad de los contratos del personal de salud. Según Yepes, el sistema sólo tiende a reaccionar cuando el usuario enfrenta emergencias vitales, evidenciando una falla notable en la prevención.
La perspectiva técnica, planteada por el teniente coronel Gilberto Gutiérrez, sugiere que las raíces del problema se extienden tanto a la carencia local de prestadores como a dificultades económicas globales. En Manizales, varios procesos de licitación –sobre todo en áreas críticas como cardiología– han quedado desiertos, pues los proveedores locales carecen de recursos para sostener servicios especializados. Por esta razón, la entidad ha recurrido a convenios interadministrativos para solventar la atención de cuarto nivel, aunque esto no resuelve de fondo la precariedad del sistema. En torno a la entrega de medicamentos, Gutiérrez admite que el desabastecimiento responde a una crisis mundial en la adquisición de materias primas, lo que retrasa la producción y distribución de fármacos a escala local.
La dispersión geográfica de los usuarios, subrayada por Adriana Pineda, agrava la vulnerabilidad de quienes dependen del sistema en zonas rurales o periféricas. Adultos mayores y pacientes crónicos a menudo enfrentan trayectos de muchas horas para recibir atención, sin contar con garantías ni respaldos efectivos del sistema, lo que dificulta aún más el acceso a tratamientos idóneos y a los medicamentos requeridos.




Datos de la Personería de Manizales, relevados durante una reciente jornada de atención a usuarios, muestran que fueron presentadas 53 tutelas y 8 incidentes de desacato relacionados principalmente con especialidades como ortopedia, endocrinología y atención cardiovascular. Las cifras ilustran el choque entre la creciente demanda ciudadana y las respuestas insuficientes del sistema de salud institucional, un fenómeno que interpela tanto a las autoridades locales como nacionales.
De acuerdo con estudios de la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Salud de Colombia, el trasfondo de estos problemas está vinculado a normativas contractuales desactualizadas –como la Ley 80 de 1993 de Contratación Pública– y a la ausencia de una planeación estratégica adecuada para los servicios especializados en ciudades intermedias. Esto no solo afecta a la Policía Nacional: lo padecen otros sistemas públicos y privados de atención, especialmente en zonas intermedias del país, lo que obliga a repensar la provisión de servicios desde un enfoque estructural.
Así, el clamor de pensionados y familiares en Manizales no constituye únicamente una denuncia aislada, sino un eco de problemas nacionales que requieren atención urgente, tanto en el diseño institucional como en la asignación de los recursos necesarios. La garantía del derecho universal a la salud, como lo demuestran los casos recogidos y los análisis de entidades como la Defensoría del Pueblo, debe figurar en la agenda prioritaria para evitar la profundización de una crisis que compromete el presente y futuro del sistema público de salud.
¿Cuál es el impacto de la dispersión geográfica en el acceso a servicios de salud?
El acceso desigual a la salud se acentúa en contextos donde los usuarios deben movilizarse desde zonas rurales hasta ciudades como Manizales para recibir atención médica. La ausencia de servicios cercanos obliga a pacientes vulnerables, en su mayoría adultos mayores, a recorrer largas distancias bajo condiciones desfavorables, lo que puede agravar su estado de salud y retrasar intervenciones necesarias. Este factor exige repensar la organización territorial del sistema y destaca la importancia de políticas de descentralización de servicios especializados, tema recurrente en los informes de la Defensoría del Pueblo.
El impacto de la dispersión geográfica es especialmente relevante en sistemas donde la logística y los recursos para la atención en zonas periféricas son limitados. Las dificultades para el acceso derivan tanto de la carencia de centros médicos como de apoyos económicos y logísticos para el traslado de los usuarios y sus acompañantes, constituyendo así una barrera adicional a la garantía del derecho a la salud.
¿Por qué se registran tantas tutelas y desacatos en los servicios de salud?
La alta cantidad de tutelas e incidentes de desacato responde a la dificultad persistente para obtener atención oportuna en especialidades clave, situación evidenciada por las jornadas de la Personería de Manizales. Los usuarios, al ver vulnerado su derecho, recurren a la vía judicial como último recurso, reflejando la incapacidad del sistema para resolver sus necesidades por los canales ordinarios. Las tutelas surgen cuando no hay una respuesta efectiva ni en la asignación de citas ni en la entrega de medicamentos.
Este fenómeno evidencia una tendencia estructural donde el acceso a la salud depende crecientemente de decisiones judiciales, lo que desborda la capacidad de las instituciones y muestra la urgencia de reformas administrativas y de financiamiento. El reiterado uso de la tutela como mecanismo de presión social es motivo de análisis en estudios de salud pública, por las consecuencias que tiene sobre la equidad y sostenibilidad de los servicios.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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