Con voz firme pero rostro marcado por las décadas, el exmilitar –quien lideró la retoma del Palacio de Justicia el 6 y 7 de noviembre de 1985– repite su mantra y señalan que lo único que hizo fue rescatar gente.
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Su icónica frase “aquí defendiendo la democracia, maestro”, pronunciada en vivo durante el operativo, resuena 40 años después en un país que conmemora una de sus páginas más oscuras.
El M-19, con unos 35 guerrilleros, irrumpió en el edificio del centro de Bogotá –sede de la Corte Suprema y el Consejo de Estado– para un “juicio popular” al presidente Belisario Betancur por incumplir acuerdos de paz. Tomaron rehenes y exigieron su presencia.
La respuesta estatal, bajo el mando de Plazas Vega y la Escuela de Caballería, fue un asalto de 28 horas con tanques y fuego cruzado. “Aquí no van ellos a asustarnos ni a atentar contra ninguna de las ramas del poder público… el Ejército está en condiciones de mantener todas las ramas funcionando, porque esta es una democracia y para eso estamos, para hacerla respetar”, declaró entonces.
Ante la súplica de Alfonso Reyes Echandía, presidente de la Corte, Plazas Vega respondió: “Si a mí me disparan, yo contesto el fuego. Yo entré con mis carros, me recibieron a fuego, disparé (…) No sé quién esté adentro”. El incendio –origen debatido– devoró archivos clave. Saldo: cerca de 100 muertos, incluyendo 11 magistrados, y 11 desaparecidos (10 de la cafetería y una guerrillera), llevados vivos a la Casa del Florero, según investigaciones.

¿Qué pasó con el general (r) Plazas Vega?
Plazas Vega enfrentó la justicia desde 2006. Condenado en 2010 a 30 años por desapariciones de Carlos Augusto Rodríguez (cafetería) e Irma Franco (guerrillera), cumplió ocho en una unidad militar antes de ser absuelto por la Corte Suprema. Colombia fue condenada en 2014 por la Corte IDH por las desapariciones forzadas.
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