Los viajes sospechosos de este hombre fueron alertados desde Estados Unidos, pues según conoció Noticias Caracol el extranjero también tenía nacionalidad norteamericana.

Fue así como agentes encubiertos le siguieron el rastro y encontraron que en su reciente visita al país el coreano llegó a Bogotá y de allí tomó un vuelo en conexión hacia Medellín.

“Se le hizo la trazabilidad de las llegadas al país y eran constantes, aproximadamente una o dos veces al mes, pero las venidas eran muy cortas, por dos o tres días”, explicó en el noticiero el coronel Jhon Sepúlveda, subdirector de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional.

Al hombre lo grabaron en el aeropuerto El Dorado, cuando lo recogió un taxista en Medellín y cuando arribó a un lujoso hotel, en donde lo esperaban dos mujeres que según ese medio eran menores de edad. Allí, el coreano ingresó a una habitación con las adolescentes, a las que según el oficial les pagó entre “30 y 40 dólares”.

En las maletas que traía el coreano no solo cargaba dólares, sino “juguetes sexuales, los cuales eran utilizados por él con las menores”, explicó el oficial.

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La Policía asegura que estas jovencitas eran reclutadas en colegios por una red de explotación sexual, que las convencía de vender su virginidad a turistas y extranjeros a cambio de jugosos pagos. Para eso, armaban fiestas clandestinas en moteles y fincas ubicadas cerca de Medellín.

Con este material y gracias al testimonio de una niña que se negó a vender su virginidad, la Policía desplegó un operativo en el que capturó a 8 personas y aprehendió a tres menores de edad.