Por: EL PILON SA

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 7, 2025 - 9:34 pm
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El anuncio realizado por la Gobernación del Cesar sobre la construcción de la Avenida del Río, a lo largo del cauce del río Guatapurí, ha generado un intenso debate público en Valledupar y el departamento. A pesar de que el proyecto se presenta como una vía paisajística destinada a delimitar y mitigar impactos ambientales entre el río y la ciudad, entidades como el Foro Ambiental del Cesar y especialistas en urbanismo han advertido sobre sus serias contradicciones legales, ambientales y de desarrollo territorial. La controversia se sustenta en argumentos sólidos que no solo señalan la potencial ilegalidad de la obra según medios como El Pilón, sino que también evidencian los riesgos para el patrimonio natural del municipio.

En el plano ambiental, la propuesta viola disposiciones del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca del Río Guatapurí (POMCA) y el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). El diseño actual elimina la franja ecológica o ronda hídrica de la margen derecha, una zona esencial para la protección del ecosistema fluvial, la expansión natural del río en épocas de crecida y la conservación de humedad durante los periodos secos. Diversos expertos citados por El Pilón y la revista Environmental Science & Policy Journal advierten que intervenir esta franja podría incrementar el riesgo de inundaciones en las áreas urbanas adyacentes y disminuir marcadamente la biodiversidad local. Además, la pavimentación afectaría la recarga hídrica y fragmentaría los corredores ecológicos que permiten el tránsito de especies nativas.

Desde el punto de vista jurídico, el proyecto ha sido objeto de críticas por la posible usurpación de competencias, dado que, según la Ley 388 de Planeación Urbana de Colombia, corresponde inicialmente al municipio formular y ejecutar este tipo de obras. La participación de la Gobernación únicamente se admite en caso de carencia de recursos municipales, lo que podría desencadenar disputas administrativas y legales sobre la legitimidad de la intervención.

El debate urbanístico y socioeconómico tampoco es menor. Según estudios de la Alcaldía de Valledupar y la Universidad de Nueva York —The Urban Expansion Initiative—, existe capacidad suficiente dentro del perímetro urbano actual para expandir la ciudad, sin necesidad de intervenir la frágil margen izquierda del río. Persistir en este tipo de expansión demandaría enormes inversiones en redes de servicios básicos y promovería un modelo disperso, costoso e insostenible. Ejemplos de otras ciudades como Medellín y Bogotá, en los que la canalización de ríos trajo consigo graves consecuencias ambientales y económicas, son citados como antecedentes ilustrativos por The New York Times y El Espectador.

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Adicionalmente, los antecedentes de retrasos, sobrecostos y mala ejecución en obras departamentales como el Centro Cultural de la Música Vallenata y la Villa Olímpica —según reportes de El Pilón— alertan sobre la capacidad del gobierno local para abordar exitosamente un proyecto de la magnitud y el costo de la Avenida del Río. Por otro lado, la discusión gira también en torno a la oportunidad de emplear los recursos destinados a esta obra en programas sociales de vivienda, que, como señala El Pilón, beneficiarían a miles de familias vulnerables de manera más directa y sostenible.

A modo de cierre, el consenso entre voces especializadas es claro: el plan, como está concebido, representa no solo una amenaza legal y ecológica sino que perpetuará un modelo urbano que podría sacrificar el legado natural y cultural del río Guatapurí. Se plantea la necesidad urgente de una revisión seria, técnica e inclusiva antes de comprometer el futuro ambiental de Valledupar.

¿Por qué es importante la ronda hídrica en proyectos urbanos como la Avenida del Río? La ronda hídrica es fundamental porque actúa como zona de protección y amortiguamiento natural para los ríos, permitiendo la expansión natural en épocas de lluvia y asegurando la disponibilidad de humedad durante periodos secos. Según lo explicado por expertos citados en El Pilón y en la revista Environmental Science & Policy Journal, pavimentar estas áreas no solo reduce la biodiversidad, sino que incrementa el riesgo de inundaciones y limita la capacidad de autorregulación del ecosistema fluvial. Entender su importancia ayuda a dimensionar el alcance de posibles impactos negativos en proyectos como el que planea la Gobernación del Cesar.

¿Cuáles han sido las consecuencias en otras ciudades tras intervenir los ecosistemas fluviales? Los ejemplos recogidos en el reportaje muestran que ciudades como Medellín y Bogotá han sufrido, tras intervenciones sobre sus cuerpos de agua, problemas de contaminación, pérdida de biodiversidad, incremento de temperaturas urbanas y altos costos para revertir daños ambientales. En Seúl, la demolición de una autopista sobre el arroyo Cheonggyecheon evidenció que restaurar el equilibrio ecológico es costoso y complejo, pero esencial para la calidad de vida urbana. Referencias de fuentes como The New York Times, ONU Hábitat y El Espectador permiten dimensionar cómo la experiencia comparada puede informar decisiones locales, evitando repetir errores ya comprobados en otras latitudes.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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