Una comerciante de la capital tolimense se vio obligada a esconderse, luego de negarse a pagar las extorsiones exigidas por un presunto integrante del frente Ismael Ruiz de las disidencias de las Farc, quien se identificó como Mauricio, alias ‘El Gordo’.

De acuerdo con miembros de la familia, que temen por su vida, los cobros iniciaron a finales del año 2021, cuando sujetos llegaron al negocio de la mujer, ubicado en el centro Ibagué, para solicitar la impresión de panfletos. 

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Como la ciudadana se negó a tal petición, dichos individuos empezaron a exigirle dinero, el cual dejó en un sector del corregimiento 7 de Ibagué, Juntas, cerca a un árbol.

Luego de entregar cuatro millones de pesos, las llamadas para pedir más plata cesaron. Sin embargo, recientemente la contactó ‘El Gordo’, quien dijo estar retomando la zona, para según él, cobrarle “ocho meses” que supuestamente debía, de acuerdo con una “base de datos”.

“Estoy para escucharla. Para llegar a un acuerdo. Para no llegar a cosas mayores. Te mando el paz y salvo. Seguimos trabajando normalmente”, le indicó el hombre a través de una llamada.

Amenazan a comerciantes en Ibagué

Al cabo de un tiempo, y notar que no se cumplía su exigencia, el presunto integrante del grupo armado amenazó con enviar una granada al local, donde funciona una litografía.

A su vez, le escribió que, en caso de no ‘ponerse al día’ con las supuestas ‘obligaciones’, le daría plomo. “Todo el comercio colabora menos usted, compañera”, señaló.

Ante tal situación, y el envío de videos donde aparecía su negocio, como si la estuvieran vigilando, la mujer decidió ‘esconderse’ para proteger su integridad.

En consecuencia, algunos familiares arribaron a las instalaciones del Gaula para poner en conocimiento de los uniformados lo que ocurría, sin embargo, la atención que encontraron no fue la esperada.“Fuimos al Gaula, no nos prestaron atención, incluso nos atendieron de una forma burlesca, y luego fuimos a la Fiscalía”, sostuvo un familiar.

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Mientras la familia solicita celeridad en las indagaciones por parte de las autoridades, algunos de sus miembros contaron a esta redacción sobre dos eventos que despertaron en ellos inquietud y preocupación.

El primero de ellos está relacionado con la presencia de un taxista que, sobre la medianoche, mientras algunas personas compartían en el establecimiento, se acercó a preguntar por unas fotocopias, cosa que se les hizo muy extraña, pues luego de solucionar su inquietud, continuó en el sitio.

Asimismo, relataron que una motocicleta los persiguió por las calles de la ciudad, por lo que se vieron obligados a acelerar su vehículo, hasta lograr perderlos de vista.