El paro nacional convocado para el 21 de noviembre —que derivó en varios días de protestas— tenía el propósito de rechazar lo que los promotores llamaron el ‘paquetazo’, que se refería a los reformas laborales y pensionales del Gobierno de Iván Duque.

Para ese entonces, el pliego de peticiones del autodenominado comité del paro era de 13 puntos, que tenían que ver exclusivamente con el propósito de derogar proyectos como la reforma tributaria, el holding financiero y la reforma pensional. Pero dos meses después, las cosas son muy diferentes.

Las movilizaciones de este martes ahora tienen el lema ‘defensa de la vida’. Su propósito esta vez no solo incluye derogar el denominado ‘paquetazo’ del Gobierno, sino que además se manifestarán contra el asesinato de líderes sociales, las chuzadas ilegales del Ejército —que denunció Semana—, el Esmad y hasta la suspensión de Uber. Es decir, ya no es una manifestación para exigir algo en específico, sino que demuestra una indignación social que se aumenta conforme a la coyuntura del país.

Eso mismo se refleja en que para este 21E ya no son 13 las peticiones. Las exigencias, en menos de un mes, aumentaron a 104, pero ahora son 134 las requerimientos que incluyen puntos insólitos como:

  • Garantizar la contratación de artistas nacionales en la realización de eventos y producciones financiados con recursos públicos.
  • Realizar periódicamente investigaciones científicas, generar información estadística y pedagogía asociada al VIH y Sida.
  • Declaración de emergencia climática y ecológica.
  • Liberar presos políticos.

Pero no solo los manifestantes han cambiado sus banderas de protestas. Con el año nuevo llegaron alcaldes nuevos y, con ellos, nuevas maneras de afrontar las movilizaciones.

Manifestante con cacerola

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El caso más evidente, por ser la capital, es el de Bogotá en el que la alcaldesa Claudia López ya tiene todo un protocolo en el que la última opción es la Fuerza Pública, dice ella, sin abusos.

En ese sentido, ya no será la autoridad la que, en primera medida, entre a mediar en caso de disturbios, sino que serán lo que ella denominó madres gestoras de paz y gestores de convivencia los que intentarán, a través del diálogo, acabar con el posible vandalismo.

Sgún dijo una de las mamás —en Noticias Caracol—,  ellas buscan evitar tragedias como la que sucedió con el joven Dilan Cruz, que murió por un disparo de una munición de un agente del Esmad.

Precisamente ese caso ha hecho que otros alcaldes como el de Cali, Jorge Iván Ospina; y el de Medellín, Daniel Quintero, hayan desestimado el uso de la escopeta calibre 12, que fue el arma que utilizó el agente que mató a Cruz, para controlar las movilizaciones de este martes.

En Tunja, por su parte, la decisión fue mucho más lejos y el alcalde de la capital boyacense, Alejandro Fúeme, ya aseguró, según Blu Radio, que no habrá presencia del Esmad en las protestas. Asimismo, en Bucaramanga, señala la emisora, también se apelará a los gestores de convivencia y paz.

En ese sentido, ¿cuál será el común denominador entre las protestas del 21N y el 21E? Seguramente los encapuchados que quieran perturbar las manifestaciones no faltarán, aunque, como se demuestra a través de esta nota, todo puede suceder.

Así entonces, este martes Colombia amanece con una nueva jornada de manifestaciones