La captura de Nicolas Petro, hijo mayor del presidente Gustavo Petro, que fue legalizada después por el Juzgado 74 de control de garantías de Bogotá, no es un hecho menor en la vida personal ni en la gestión del jefe de Estado al frente de los destinos del país.
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Si bien no es la primera vez que un hijo de un presidente de Colombia en ejercicio está en graves problemas, hasta donde se tiene registro sí es la primera vez que es capturado y podría enfrentar una pena de prisión si se prueban los dos delitos por los que lo acusa la Fiscalía: lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, que darían hasta para 15 años de cárcel. Claro está que Nicolás Petro goza de las garantías constitucionales de la presunción de inocencia y del debido proceso.
Aunque incluso antes de que estallara el escándalo, el presidente Gustavo Petro intentó desmarcarse de su hijo al afirmar, por ejemplo, que no lo había criado, y aun en el momento de la captura deseó que a su hijo estos sucesos le “forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores”, la situación pone al mandatario en apuros.
Sus fieles seguidores también quisieron bajarle el tono a la compleja situación con observaciones que buscaron destacar, más bien, al presidente. Para ellos, fue un acto de “grandeza” el que hubiera anunciado que no iba a intervenir en el proceso, como le corresponde obligatoriamente a cualquier ciudadano de Colombia, por muy encumbrado que sea.
Por ejemplo, la vicepresidenta Francia Márquez, en su defensa de Petro, empezó por poner el espejo retrovisor. En el Valle del Cauca dijo: “Eso no pasaba en otros tiempos. En otros tiempos un hijo cometía un error o se equivocaba y lo que hacía la corrupción de este país era salir a defender… y claro que él se tendrá que defender porque tiene que tener todas sus garantías”.
“Pero cuando el presidente dice como presidente de la República: ‘No voy a intervenir en el proceso; solo pido que le brinden todas las garantías [a su hijo Nicolás Petro]’, yo creo que muestra la dignidad y muestra la legitimidad y muestra la grandeza de nuestro presidente”, agregó la vicepresidenta.
Una actitud parecida recorrió las bases del petrismo, en donde destacaron que el presidente, en medio del escándalo de la captura de su hijo, fue a un acto público en Neiva. “Ahí está hablando tranquilo, sereno, cuando todos pensaban que se iba a esconder, como lo hicieron, Duque, Uribe, Abudinen etc. Obvio no es fácil lo qué pasó, pero #EstamosConPetro y estaremos hasta el final”, escribió uno de ellos en Twitter.
Consecuencias para Gustavo Petro por captura de Nicolás Petro
Pero otras miradas menos apasionadas pintan un mapa de la situación mucho más complejo, como la del analista político y experto en seguridad Jairo Libreros, que planteó tres perspectivas de la captura de Nicolás Petro.
“Nuestro sistema [judicial] está enviando un mensaje muy importante, un mensaje de capacidad para procesar las noticias criminales y de dar una respuesta frente a los poderosos”, fue lo primero que concluyó Libreros en Caracol Radio.
Los otros dos mensajes que consideró relevantes Libreros tienen que ver con que este es “un hecho devastador para la gobernabilidad del presidente Gustavo Petro, [porque] Nicolás, así el presidente Petro haya tratado de desmarcarse, hizo parte de su carrera política: lo acompañó en diferentes oportunidades y ejerció como uno de los voceros más importantes desde hace muchos años cuando Gustavo Petro era el alcalde de Bogotá”.
El tercer mensaje de contexto que extrae Libreros de la captura de Nicolás Petro gira en torno de la campaña o del ciclo electoral de este año, pues la captura se produjo el día de cierre de candidatos a alcaldías y gobernaciones para las elecciones de octubre próximo.
“Para el Pacto Histórico este es un elemento que genera no solamente una distorsión muy grande en términos de intención de voto, sino que es un canalito de batalla para otros partidos y movimientos políticos para descalificar la imagen del presidente de la República con argumentos muy sólidos”, agregó el analista en la frecuencia radial.
El senador de Caldas Guido Echeverri, por la Coalición Alianza Verde-Centro Esperanza, también sostuvo que el hecho no deja de causar estupor, perplejidad y preocupación, y dijo en el mismo medio que en un caso de estos que involucra directamente al mandatario de los colombianos afecta al Gobierno y le resta popularidad.
“Este es un país donde todos los enjuiciados, por poderosos que seamos, tenemos también que ser sujetos de la justicia cuando cometemos errores o cuando actuamos con conductas delictivas, como en este caso ha ocurrido”, dijo Echeverri.
“Uno esperaría finalmente que la justicia haga lo suyo, que el proceso avance con toda celeridad y como tiene que ser con plenas garantías para efectos de que el país tenga claro qué sucedió con estos episodios de los cuales ha tenido tanta información en los últimos meses”, agregó el congresista y advirtió: “Es indiscutible que todo lo que haga o no haga el Gobierno va a tener influencia y va a impactar el debate electoral en octubre”.
Frente a quienes dijeron que la captura del hijo del presidente no era necesaria, Echeverri expresó que los documentos y las declaraciones que obran en el expediente son tan contundentes que las autoridades judiciales determinaron que merecía esa detención.
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