Uno de los encargados de divulgar el tema fue el exsecretario de gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, frecuente usuario de ese tipo de calzado.

(Lea después: ¿Consejos u órdenes? Cancillería ‘sugiere’ no escotes ni tenis en vestidos de funcionarios)

“Descartado el trabajito en la Cancillería”, trinó Gómez, quien también publicó dos apartes al respecto en su cuenta de Twitter.

En una de las imágenes consta que son sacadas de un documento titulado como “Código del buen vestir” para la jornada laboral del 2023, con los membretes y distintivos de la Cancillería.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores promueve los intereses nacionales en el exterior, es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional y acorde con la misión, visión y los objetivos institucionales, por esta razón la presentación personal no puede estar acompañada de ropa informal [como los tenis] en las instalaciones del Ministerio”, subraya el documento.

Pero el código incluso va más allá y pone como “infaltables” el uso de trajes de colores negro, azul, gris y marrón, camisas de manga larga para llevar con corbatas que combinen con esos mismos colores, y hasta accesorios como relojes o mancornas.

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Lo curioso del asunto es que varios altos funcionarios del denominado ‘Gobierno del cambio’ suelen distinguirse por el uso de ese tipo de calzado informal, evitando los trajes demasiado formales en varias oportunidades, tal como lo resaltaron algunas personas en la misma red social.

Esto en parte corresponde a lo que puede leerse una narrativa contra los estereotipos y la discriminación por apariencia. Otras personas lo hicieron notar comentando que sería preferible que privilegiaran otros estándares profesionales y humanos, además de la contratación de personal de carrera diplomática en ese tipo de cargos:

Incluso se insistió en la popular relación del uso de corbatas con la corrupción:

Pero también hubo quien señaló que se trata de lo mínimo que se puede pedir:

En general, a varios les pareció una exigencia pasada de época: