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La exposición “Rodar Juntas”, inaugurada el 24 de septiembre de 2025 por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y el Museo de Bogotá, representa un hito en la narración de la historia urbana al enfocarse en la experiencia de las mujeres ciclistas en la ciudad. Esta muestra, que se integra al Plan Especial de Salvaguarda (PES) de la Cultura Bogotana, ha sido concebida no solo como un acto de memoria, sino como un espacio de diálogo en torno a la autonomía femenina, el derecho a la ciudad y el reconocimiento de prácticas históricamente invisibilizadas. Los tres ejes que estructuran la exposición — emancipación personal, social y urbana — permiten analizar cómo la bicicleta se convierte en catalizadora de cambios en la vida individual, las redes colectivas y la construcción de espacios urbanos más justos.
El ciclismo femenino en Bogotá, más allá de ser una forma efectiva de movilidad, se erige como símbolo de autodeterminación. Así lo explica Diego Parra, director del IDPC, quien resalta el impacto de la bicicleta en “transformaciones físicas, mentales y emocionales”, así como en la redefinición de los roles de género y la ampliación de la participación social. Esta visión es respaldada por estudios publicados en el Journal of Transport Geography, donde la bicicleta figura como herramienta para avanzar hacia un urbanismo inclusivo desde una perspectiva de género, desafiando prejuicios y promoviendo una movilidad que trasciende lo utilitario.
El conversatorio de apertura reunió a figuras influyentes como Luz Marina Ramírez, pionera del ciclismo deportivo femenino en Ciudad Bolívar, y Diana Durán, subdirectora de la Bicicleta y el Peatón de la Secretaría Distrital de Movilidad. Este encuentro permitió profundizar en los trayectos individuales y colectivos de las mujeres líderes dentro del ciclismo urbano, subrayando la vinculación entre cultura, deporte y políticas públicas en la búsqueda de una movilidad equitativa y segura. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fomentar el ciclismo urbano desde lo institucional contribuye a la equidad de género y el bienestar público.
La Semana de la Bicicleta 2025, reconocida oficialmente por el Acuerdo Distrital 668 de 2017, ilustra cómo el ciclismo se ha institucionalizado en Bogotá no sólo como alternativa de transporte sino también como práctica cultural y cívica. Las actividades y espacios de participación que ofrece refuerzan la idea de una ciudad comprometida con la reducción de emisiones—según la Agencia Europea del Medio Ambiente—y con la reapropiación democrática del espacio público por parte de mujeres y otros colectivos históricamente marginados.




Tanto la exposición como la Semana de la Bicicleta deben comprenderse como prácticas culturales que articulan memoria, participación ciudadana e identidad urbana. Desde esta perspectiva, la bicicleta trasciende la movilidad convirtiéndose en elemento clave para la construcción democrática de la ciudad, en plena sintonía con las directrices de la UNESCO relativas al patrimonio cultural inmaterial. Así, “Rodar Juntas” simboliza un avance significativo en el reconocimiento institucional y social del ciclismo femenino como motor de transformación urbana y justicia social en la capital colombiana.
¿Por qué es relevante la bicicleta en la lucha por la equidad de género en Bogotá?
A lo largo de las últimas décadas, la bicicleta no solo ha sido promovida como un medio ecológico de transporte, sino como una herramienta fundamental en la reivindicación de derechos de las mujeres en el espacio público. En ciudades como Bogotá, donde históricamente se han impuesto barreras de movilidad a mujeres, este vehículo ha mediado procesos de empoderamiento personal y colectivo, fortaleciendo redes de apoyo y abriendo discusiones sobre el acceso igualitario a la ciudad. La visibilización de este fenómeno permite cuestionar estructuras sociales y urbanas que han marginado la participación femenina, otorgando a la bicicleta un papel central en la transformación cultural y política.
¿Qué implica el concepto de patrimonio cultural inmaterial en eventos como "Rodar Juntas"?
La idea de patrimonio cultural inmaterial, definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), engloba prácticas, expresiones, conocimientos y saberes transmitidos por comunidades a lo largo del tiempo. Aplicado al contexto de exposiciones como “Rodar Juntas”, este concepto legitima la experiencia ciclista femenina no solo como hecho histórico, sino como parte viva del tejido social de Bogotá. Reconocer la bicicleta como elemento de patrimonio inmaterial implica valorar su impacto en la identidad y cohesión ciudadana, promoviendo políticas de protección y transmisión intergeneracional de prácticas culturales significativas.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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