La madre de David Esteban Nocua Monroy, el adolescente de 14 años hallado sin vida el pasado 10 de mayo en un bosque de la localidad de Usme, Bogotá, entregó desgarradores detalles sobre lo que, según ella, habría sido uno de los detonantes del crimen que hoy enluta a su familia.
David, quien cursaba noveno grado y apoyaba a sus padres en un pequeño negocio familiar de venta de arepas, desapareció el jueves 8 de mayo tras salir a encontrarse con su exnovia. Dos días después, su cuerpo fue hallado con múltiples heridas de arma blanca cerca de un río Tunjuelito.
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Según su madre, Lizeth Juliana, su hijo fue víctima de una trampa y de una relación tóxica que lo marcó profundamente en sus últimos meses de vida.
En diálogo con El Tiempo, Lizeth reveló un hecho clave: el joven había intervenido días antes para evitar que su exnovia se quitara la vida.
“Ella había intentado quitarse la vida en el baño del colegio, y mi hijo fue quien la encontró y la salvó. Desde ese día, lejos de agradecerle, lo trataba mal. Le decía cosas como que no tenía por qué haberla salvado”, contó.
La madre de David aseguró que el adolescente se sentía confundido, dolido, y que esa situación lo tenía ansioso emocionalmente.
Ese 8 de mayo, horas antes de su desaparición, madre e hijo asistieron a una reunión con la orientadora del colegio. “Yo fui con él porque lo notaba intranquilo, no dormía bien. La orientadora nos dijo que era importante que se alejara de esa relación. Pero él tenía la ilusión de verla. Ella lo había vuelto a buscar luego de haber estado internada, y él fue a ese encuentro”, narró.
Lo último que se supo de David fue que caminó hacia la zona boscosa de Usme con su exnovia y el actual novio de ella. Más tarde, ambos jóvenes regresaron solos. La versión de la joven cambió varias veces: primero dijo que lo había dejado en un mirador tras una discusión, luego afirmó que David salió corriendo tras otra pelea, y más adelante comentó que habían sido víctimas de un intento de robo.
Para la familia, nada de esto cuadra. Ellos sostienen que David fue engañado y llevado con una intención clara: hacerle daño.
“Tenemos un video donde se ve a los tres caminando hacia ese bosque. A mi hijo lo llevaron con engaños. No hay otra explicación. Él no se metía en problemas, era un niño sano, cariñoso, trabajador”, afirmó Lizeth Juliana.
Lo más doloroso para la familia ha sido la falta de apoyo institucional. La búsqueda la hicieron por cuenta propia, y fueron ellos quienes hallaron el cuerpo. “Ni la Policía ni nadie nos ayudó. Fuimos nosotros, en carros, en motos, con un dron, preguntando a vecinos. Así encontramos a mi hijo. Y en medio del dolor, lo más absurdo es que quienes estuvieron con él ese día siguen libres”, reclamó la madre.
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Lizeth también denunció que la exnovia de su hijo parecía conocer el lugar exacto donde el cuerpo fue hallado.
“Cuando íbamos caminando por la zona, ella se detuvo justo donde estaba el cuerpo, como si supiera. Más abajo había sangre. Eso indica que lo arrastraron. Ella no puede negar que sabe más de lo que dice”.
Hoy, la familia Nocua Monroy clama por justicia. Quieren que la muerte de David no sea ignorada ni olvidada, y que las autoridades actúen con celeridad para evitar que el caso se pierda en la impunidad.
“Mi hijo no merecía esto. Y si murió por haber hecho el bien, por haber salvado a alguien, es más doloroso aún. Pero no vamos a descansar hasta que haya justicia”, concluyó su madre.
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