Programa de investigación periodística emitido en treinta y cinco canales de televisión en el mundo. Con su slogan: historias diferentes, Testigo Directo se convierte en uno de los magazines periodísticos independientes de reconocimiento en la televisión estadounidense y colombiana, como entre los cibernautas.
Karina celebraba su cumpleaños. Lo que debía ser una noche de alegría terminó en tragedia. Su expareja sentimental, con quien compartía la crianza de una hija de cinco años, la atacó con un martillo dentro de su vivienda en Fontibón, Bogotá. Fueron 17 golpes en la cabeza y tres en el rostro. El hombre, cegado por la ira, estuvo a punto de matarla.
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“Vi que cogió el martillo, pensé que iba a hacer un arreglo. En tres pasos estaba frente a mí y ya tenía un martillazo en la cabeza”, relata Karina, quien logró sobrevivir al ataque. Consciente de que su hija estaba en el apartamento, apenas pudo pedir que la pusieran a salvo.
El agresor, lleno de remordimiento, se presentó minutos después en un CAI cercano. Llevaba la ropa ensangrentada y confesó su crimen a los uniformados. La mayor Claudia Becerra, comandante encargada de la localidad de Fontibón, confirmó que el hombre relató lo ocurrido y entregó la dirección del ataque.




Karina fue trasladada de urgencia a un hospital. Llegó con graves lesiones en el cráneo y el rostro, con fracturas que la dejaron sin varios dientes y una herida que expuso parte de su cerebro. “El cerebro fue muy afectado. Estaba respirando por una máquina”, contó su tío, quien autorizó las cirugías de emergencia. Contra todo pronóstico, Karina despertó del coma días después.
Según su testimonio, ya había denunciado agresiones anteriores ante la comisaría de familia, pero nunca recibió una medida efectiva de protección. Las autoridades confirmaron que existía una solicitud, aunque no se materializó debido a un cambio de domicilio.
Hoy, Karina enfrenta un largo proceso de recuperación física y emocional. Requiere nuevas cirugías maxilofaciales y reconstrucción dental. “Estoy pidiendo apoyo para mis procedimientos. Estoy viva de milagro”, dice.
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Su historia no solo es la de una mujer que sobrevivió a la violencia, sino un llamado urgente para que las denuncias no queden en el silencio. Karina volvió a vivir, pero muchas no corren con la misma suerte. Porque, como ella misma advierte, el silencio también mata.
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