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Este artículo fue curado por Sarah Gutierrez   May 18, 2025 - 11:02 am
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“Si no es para mí, no es para nadie”. Esas son las palabras que habría pronunciado el expolicía Andrés Julián Mesa, antes de asesinar brutalmente a Yésica Paola Chávez, de 26 años, mientras ella se encontraba trabajando y departiendo con varias mujeres en un salón de belleza de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá. El hombre luego atentó contra su vida, y murió tiempo después en un centro asistencial.

Los hechos quedaron captados en las cámaras de seguridad del establecimiento, el pasado 22 de abril hacia las 8 de la noche. Yésica Paola no se percató de que el hombre de 36 años entró al local, cuando él le propinó alrededor de 10 disparos que acabaron con su vida.

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La hermana de la joven, Martha Ávila, habló con el pódcast ‘Conducta Delictiva’ y comentó que Yésica Paola había decidido terminar la relación que tenía con Mesa, con quien tenía una hija, semanas atrás de lo sucedido, y que él desarrolló una obsesión por ella que lo llevó a tener actitudes extrañas y peligrosas.

El día que ocurrió el feminicidio de Yésica Paola Chávez

Además, contó que luego del crimen pudo hablar con las mujeres que acompañaban a la víctima aquel día. Una de ellas mencionó que cuando el sujeto entró al salón y se acercó a su expareja, le dijo: “Quiere hacer lo que se le da la gana. Si no es para mí, no es para nadie”, y luego le disparó.

Yésica Paola tenía dos hijos, una niña que tuvo con Mesa y un niño de una relación pasada. Ambos estaban en el local en el momento del ataque. “La niña estaba sentada en la silla y vio todo. Con cada disparo que sonaba, brincaba del susto. Ella vio todo. Vio que la mamá murió. Y pues el niño estaba en el segundo piso y, cuando escucha los disparos, bajó y la alcanzó a ver”, relató.

Luego, cuando Mesa atentó contra su vida, Ávila comentó que las mujeres que estaban presentes tenían bastante pánico y estaban en estado de shock. “Ellas se refugiaron en la parte de atrás y una reaccionó, corrió y cogió la niña, y al niño lo subió al segundo piso, para que no estuvieran ahí”, dijo.

Una de ellas, llamada Valentina, reaccionó y salió corriendo. Fue quien le avisó a Ávila y a las autoridades de lo que acaba de ocurrir. “Yo estaba en la casa sola, escuchando una prédica, estaba en el segundo piso cuando escuché que esa puerta, mejor dicho, como si me fueran a tumbar la puerta. Abrí y ella (Valentina) me gritó Yésica. Yo me derrumbé”, contó la hermana de la mujer.

La mujer comentó que al saber que algo le había pasado a su hermana inmediatamente se desmayó, y cuando volvió a reaccionar había varias personas en su casa. Ávila inmediatamente preguntó por su hermana, y alguien le dijo: “Vamos para el salón”. Cuando llegaron, ella vio cómo las autoridades se llevaban al expolicía del local, “cogido entre los pies y las manos”.

Luego le informaron de la muerte de su hermana y le dijeron que “no había nada que hacer”. “Ahí es donde uno siente que se derrumba. Yo creo que a mí me levantaban cada ratico del piso porque la verdad uno no siente fuerzas de nada. Uno lo único que quiere es que eso sea una mentira […] Yo decía:¿por qué? ¿Por qué Yesica? ¿Por qué tiene que estar pasando esto? Fue terrible, fue impactante, en un segundo cambia todo”, aseguró.

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Publicaciones en redes sociales antes del feminicidio de Yesica

Otro dato que llamó la atención fueron las llamadas y publicaciones en redes sociales de Mesa antes de cometer el crimen. Debido a que el hombre ya había agredido a Yesica Paola en varias ocasiones, su familia le había pedido que se alejara y solo se limitara a responder por su hija, pero él se negó a la petición, y constantemente enviaba amenazas.

“Como a las 6 subió un estado tomando y escribió ‘Lucifer’. Incluso yo estaba con mi otra hermana y le dije: ‘¿Andrés por qué escribe Lucifer en vez de escribir Dios?’ […] A las 7:30 y algo Andrés me escribió preguntándome que si sabía de la niña. Yo le contesté que no”, indicó.

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Tras el feminicidio, el brigadier general Giovanny Cristancho, comandante de la Policía de Bogotá, lamentó la tragedia que involucra a un miembro de esta institución en la capital. Andrés Julián Mesa era subintendente en la localidad de Puente Aranda. “Hemos ordenado una investigación interna y estamos apoyando al cuerpo técnico de investigación CTI para esclarecer lo ocurrido”, dijo.

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