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Durante más de dos años, comerciantes, conductores y familias enteras vivieron bajo el miedo de una estructura criminal que no solo cobraba “vacunas” a nombre del miedo, sino que ejecutaba atentados y asesinatos a sangre fría. En Soacha, Cundinamarca, la banda conocida como ‘Los satanás’ convirtió la extorsión en una rutina: quien no pagaba, podía perder la vida.
Alias ‘Matute’ lideraba en las calles mientras obedecía órdenes directas de alias ‘Satanás’, un delincuente condenado a 35 años de prisión, recluido en La Dorada, Caldas. Desde allí, seguía coordinando cobros, atentados y asesinatos a través de intermediarios como alias ‘Moisés’, ‘Pedrito’, ‘Michelle’, ‘Ronier’ y otros. Los investigadores revelan que infiltraban a personas como supuestos trabajadores en empresas y negocios para recolectar datos claves que luego usaban para intimidar a las víctimas.
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Los criminales exigían pagos que oscilaban entre 20 mil pesos semanales y hasta 50 millones a grandes empresarios. Los transportadores también estaban en la mira: en algunos casos, se cobraban hasta 2 millones de pesos al gremio de taxis del municipio. Solo en un mes, se estima que la red recaudaba entre 100 y 200 millones de pesos.
Uno de los puntos más golpeados fue el parque Los Piratas, un lugar clave para la economía informal. Allí, en noviembre de 2023, fue asesinado un conductor por negarse a pagar. Las cámaras captaron cómo los sicarios llegaban en motocicleta y disparaban sin mediar palabra.
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Pese a las 20 capturas recientes, las autoridades admiten que el poder del grupo persiste. “Impactamos la estructura, pero vuelven a reclutar”, señaló uno de los investigadores. Incluso se habla de que los tentáculos de ‘Satanás’ cruzan a Bogotá y reclutan ciudadanos extranjeros como nuevos sicarios.
Aunque hoy varios de sus miembros están tras las rejas, muchos se preguntan si el golpe fue suficiente. Las amenazas continúan, los audios siguen circulando y el miedo aún habita entre los comerciantes. La estructura de alias ‘Satanás’ —ese nombre que sembró el terror— todavía no ha sido erradicada. Fue más que una banda: fue un sistema criminal que le puso precio a la tranquilidad de todo un municipio.
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