Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Santiago Buenaventura   Jul 30, 2025 - 2:40 pm
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La violencia contra las mujeres, lamentablemente, sigue siendo una constante en múltiples escenarios de la cotidianidad del país. Pese a las luchas de la sociedad civil, de instituciones y entidades, este tipo de agresiones, con sus múltiples matices y particularidades, aun con los avances sociales y jurídicos en la materia, continúan instaladas en el día a día de una buena parte de la sociedad colombiana.

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Un caso reciente que da cuenta de los alcances de este tipo de agresiones, y de lo absurdas que pueden llegar a ser las motivaciones, sucedió el pasado fin de semana en una sala de espera del aeropuerto internacional El Dorado. Allí, alegando un supuesto derecho a ocupar una silla, un hombre agredió física y verbalmente a Claudia Patricia Segura en una sala de abordaje; Segura se negó a cederle su silla, y en represalias, el hombre la amenazó y finalmente la golpeó sin importarle que estuviera rodeado de decenas de testigos.

¿Qué pasó con la mujer agredida en El Dorado?

El Espectador habló con Maite Bayona Aristizábal, abogada que asumió la defensa de la víctima. Señala fallos en los protocolos de atención y vacíos que recaen en la revictimización.

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“La señora Claudia tenía un vuelo programado el domingo 27 de julio a las 8:50 p.m. con destino a Cali en la aerolínea Avianca. Cuando ella llega a la sala de espera, vio una silla desocupada, y se sentó. Como tenía asuntos de trabajo pendientes, sacó su computador y empezó a trabajar”, relata la abogada.

En ese escenario, de un momento a otro, aparece el hombre que la terminaría agrediendo y la empieza a increpar por la silla, diciéndole, con un tono exacerbado, que ese espacio estaba reservado para él, porque ya estaba sentado ahí y porque, además, justo al lado estaba sentada su esposa. Ante el pedido, Segura le dijo al hombre que la silla no era de su propiedad y que ella se sentó porque el espacio estaba vacío.

“Ante la respuesta, el señor la amenaza, le dice que: ‘Si no se levanta, él la levanta’. Durante la corta conversación, el señor repite la frase varias veces en tono amenazante, razón por la cual mi clienta le indica que si quiere puede llamar a la Policía, pero que ella no se va a parar, y menos en esas circunstancias. Acto seguido el hombre le pide a su esposa que empiece a grabar”, señala la defensa.

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Para ese momento, debido al tono que tomó la confrontación, varias personas, entre ellas Claudia, también empezaron a grabar los hechos, situación que exasperó aún más al agresor y en ese momento, al proferir varias amenazas más, procedió, ante la mirada atónita de los presentes, a raparle el celular a Claudia para luego propinarle un golpe en la parte izquierda de su rostro.

Ante la agresión, varias personas reaccionaron en defensa de la mujer y entre recriminaciones y reclamos, retiraron al agresor del lugar. Incluso en los videos se ve el momento en que la esposa del agresor intercede ante los presentes para que no lo vayan a lastimar.

Pese a que fue increpado por varias personas que lo retiraron del lugar a los empujones, el agresor justifica su actuar e incluso continúa lanzando amenazas.

Denuncian fallas en los protocolos y revictimización

Una vez el agresor fue increpado por los demás pasajeros, el personal del aeropuerto se hizo presente y, debido a que la víctima sufrió un desmayo producto de la agresión, fue trasladada en una silla de ruedas a un consultorio. El diagnóstico fue trauma en tejidos blandos. Acto seguido se dirigieron a la URI de Engativá a instaurar la respectiva denuncia.

“Acá es importante mencionar que durante el traslado a la URI, hecho por la Policía Nacional, no hubo ninguna clase de protocolos o rutas de atención para atender casos de Violencias Basadas en Género. Lo que hicieron es insólito: la subieron en la misma camioneta con el agresor, lo cual es absolutamente inadmisible en casos de Violencias de Género y recae, además, en la revictimización”, advierte la abogada.

Señala incluso que no se activó la Línea Púrpura y que, además, no hubo presencia de algún delegado de la Secretaría de la Mujer, ni se ofreció atención o apoyo psicosocial, que es lo que, en teoría, disponen las rutas de atención y los protocolos. “El caso se trató como si fuera cualquier cosa menos un caso de violencia contra las mujeres”, asegura.

Finalmente, la denuncia se instauró horas después del hecho, la madrugada del lunes 28 de julio. Así las cosas, el agresor tendrá que responder ante las autoridades por el delito de lesiones personales basado en violencia de género.

Por la agresión, Claudia recibió una incapacidad de tres días. Sin embargo, según señala el equipo médico que la atiende, es posible que, además, exista una afección en uno de sus oídos producto de la agresión. Esto, además de las secuelas psicológicas, pues, además de la violencia física, en estos casos en donde se atenta contra la dignidad de la persona, y en donde además hay situaciones de revictimización, la afectación psicológica suele ser alta.

Llamado a las autoridades

Además de sentar un precedente jurídico, tanto Claudia, su familia y su defensa, buscan que el caso sirva para mejorar los protocolos de atención en casos de violencia basada en género, pues si bien están jurídicamente respaldados, en la práctica no funcionan como se supone.

“En ese caso quedaron en evidencia los múltiples vacíos, de varias entidades y empresas, en relación con una adecuada atención de este tipo de casos. ¿Cómo es posible que los funcionarios de la aerolínea estén ahí pendientes para hacer el embarque, validen que hay una situación de violencia y no tomen ninguna clase de medidas? Además, no es posible que el aeropuerto internacional El Dorado, que es uno de los aeropuertos más grandes del mundo, no tenga ni una ruta, ni un protocolo, ni un personal que esté presto a atender estas situaciones de violencia basadas en género. Es inadmisible” reitera a defensa.

“Incluso en los canales institucionales tampoco se aplican los protocolos, sabiendo que la víctima tiene derecho a la no confrontación, ¿cómo es posible que la transporten junto al agresor?”, puntualiza la abogada.

Entre tanto, el caso continúa su trámite normal y se espera un pronunciamiento oficial de las autoridades en los próximos días. El agresor, por su parte, no se ha pronunciado.

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