Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 12, 2025 - 6:58 pm
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El desarrollo de las obras del metro sobre la Avenida Caracas en Bogotá representa un punto de inflexión para la movilidad urbana, dada la magnitud y complejidad de los trabajos en uno de los corredores viales más transitados de la capital. En recientes comunicados, la empresa Metro Línea 1 informó sobre una serie de ajustes operativos en la estación temporal Calle 34, relacionados con la edificación del viaducto, una estructura central del proyecto. Estos ajustes, según los reportes, consistirán en tres fases de cierres parciales que comenzarán el 12 de septiembre de 2025, afectando principalmente el acceso peatonal y el servicio de TransMilenio en horarios nocturnos. La decisión responde a la necesidad de mantener la seguridad del público y garantizar la operación continua del sistema mientras avanza la construcción.

La estrategia de implementación escalonada para los cierres revela la intención de minimizar la disrupción y evitar la clausura completa del servicio en esa zona. Voceros de Metro Línea 1 indicaron que estos trabajos facilitarán la integración entre el metro y TransMilenio, a la vez que permitirán reducir tiempos de desplazamiento y mejorar la experiencia de viaje mediante la creación de estaciones renovadas y un viaducto elevado sobre una vía históricamente congestionada. Expertos en infraestructura urbana, citados en la International Journal of Urban Sciences, resaltan la importancia de la precisión en cronogramas y de la coordinación entre obras y circulación peatonal para no comprometer la funcionalidad de sistemas masivos durante períodos de intervención.

El impacto social de este tipo de proyectos ha dado pie a varias críticas por parte de colectivos ciudadanos y pasajeros, quienes consideran que los ajustes recurrentes en TransMilenio suelen afectar de manera significativa la movilidad diaria, especialmente para las personas de menores recursos. Un análisis de la Revista de Movilidad Urbana subraya que la comunicación transparente y el diseño de rutas alternas son fundamentales para mitigar el impacto negativo de las obras y fortalecer la aceptación pública. En este sentido, el concesionario ha dispuesto el cierre en franjas nocturnas, dividiendo la intervención en fases de cerca de dos semanas cada una, avanzando progresivamente de sur a norte.

El proyecto de la Línea 1 del metro se fundamenta en un plan de largo plazo respaldado por el Distrito y el Ministerio de Transporte, enfocado en la reducción de emisiones de gases contaminantes y en la descongestión de las arterias viales. Según los informes institucionales, la culminación del metro será determinante para incentivar la sostenibilidad y elevar la calidad de vida urbana, alineándose con los retos de cambio climático y movilidad eficiente. Pese a reconocer los retos en la gestión pública, como la participación ciudadana y la financiación, estudios comparativos destacan la relevancia de mantener el equilibrio entre obra técnica y atención a las demandas sociales.

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En el escenario latinoamericano, ciudades como Santiago de Chile y Ciudad de México también han debido armonizar grandes proyectos de infraestructura con buses y metro. De acuerdo con análisis en Transport Policy, Bogotá, afronta una etapa decisiva basada en la combinación de obras de alto impacto, estrategias de comunicación efectiva y sensibilidad hacia las necesidades de la población. Para quienes hacen uso habitual de la estación Calle 34, las autoridades sugieren informarse mediante medios confiables como El Espectador, prestando especial atención a los ingresos alternativos durante cada fase y a las notificaciones oficiales sobre la evolución de los cierres y servicios.

¿Por qué es tan importante la integración entre TransMilenio y el metro en Bogotá?
El interés por la integración entre TransMilenio y la futura línea del metro radica en que ambos sistemas conforman el corazón de la movilidad pública en Bogotá. Facilitar conexiones eficientes entre ellos puede reducir significativamente los tiempos de desplazamiento, mejorar la experiencia del usuario y ampliar las alternativas de movilidad para millones de viajeros diarios. La experiencia internacional y los análisis técnicos de expertos indican que la articulación adecuada de los servicios ayuda a distribuir mejor la demanda y disminuir la saturación existente en los corredores más transitados.
Este tema es especialmente relevante porque la ciudad enfrenta cada día desafíos de congestión, contaminación, y limitaciones en la infraestructura vial. Integrar ambos modos permitirá que el sistema operativo funcione como una red complementaria, fortaleciendo el transporte público como opción principal y sustentable para la ciudadanía.

¿Qué significa “viaducto” y cuál es su relevancia en estos proyectos?
Un viaducto es una estructura elevada que permite que el tren o sistema de metro atraviese obstáculos urbanos como avenidas, cruces o terrenos difíciles, sin interferir con el tráfico vehicular o peatonal a nivel de suelo. Dentro del contexto de la línea 1 del metro, el viaducto sobre la Av. Caracas cumple la función de elevar las vías por encima del corredor de TransMilenio y otras vías principales, permitiendo la construcción y operación del nuevo sistema sin necesidad de interrumpir totalmente el tránsito ya existente.
La relevancia de construir un viaducto en estos proyectos reside en su capacidad para ampliar la capacidad operativa del sistema, reducir los tiempos de recorrido y evitar disrupciones mayores en la movilidad durante la transición. Así, el viaducto se vuelve un elemento estratégico tanto para la continuidad operacional como para la modernización del transporte público en Bogotá.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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