A pesar de que el tránsito por las ciclorrutas de Bogotá sea exclusivo para usuarios de la bicicleta (de pedal), en varios puntos de la ciudad salta a la vista que esa norma no es respetada, tanto por ciudadanos que transitan en estas con ciclomotores, bicicletas eléctricas y hasta bicitaxis con motor incorporado.

Esta situación pone en riesgo de accidentalidad a los biciusuarios que transitan por las ciclorrutas debido a la alta velocidad a la que se movilizan este tipo de vehículos y a la falta de equipamientos que las hagan visibles (como las motos) ponen en riesgo a quienes las usan.

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Ángela Cruz es el vivo ejemplo del peligro latente que viven los usuarios de la bicicleta de pedal que, en algunas zonas de Bogotá, comparten el espacio de las ciclorrutas con los bicitaxis con motor.

Según le contó a Noticias Caracol, hace tres meses estuvo cerca de perder una pierna luego de que uno de estos vehículos, que se movilizaba por una ciclorruta del occidente de la capital, la arrollara y le causara una grave fractura.

“Yo venía en mi bicicleta, para ser amigable con el medio ambiente y evitar los trancones, y un bicitaxi me pasó tan cerca que me alcanzó a enlazar la pierna y me fracturó desde la rodilla hasta la tibia, quedó multifracturada y ahora estoy en el proceso de recuperación”, relató.

Ángela explicó que su recuperación fue larga debido a la complejidad de las fracturas, por lo cual tuvo que, primero, usar silla de ruedas, luego andar con la ayuda de muletas y, finalmente, caminar con la ayuda de un bastón.

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“Las cirugías fueron complicadas, me decían durante la cirugía que la fractura estaba inmunda porque quedó (el hueso) hecho pedacitos y era como reconstruir muchos pedazos para hacer la cirugía”, agregó.

Por último, la mujer denunció que ha tenido que cargar con los gastos de su recuperación sola, ya que “ellos no pagan Soat y no tienen pase. Yo entiendo el derecho de ellos al trabajo, pero mis derechos fueron vulnerados y nadie responde. Ellos tienen una representación y un gremio, pero yo estoy sola”.

De hecho, esos últimos puntos que señaló Ángela Cruz son uno de los reparos que expertos en movilidad, como el profesor de la Universidad Nacional, Ricardo Montezuma, han puesto en consideración para calificar a esos vehículos con motor como “una bomba de tiempo andante” que “no han tenido control por donde transitan”.

“Los que las usan asumen esos riesgos a su integridad, pero también ponen en riesgo a mucha gente y es un tema muy delicado, que no ha sido abordado por las entidades encargadas”, indicó Montezuma.

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Sin ir más lejos, estos hechos, que le cambiaron la vida a Ángela, son a los que están expuestos los ciudadanos que tienen en la bicicleta su medio de transporte y que comparten una vía, que se supone es exclusiva, con bicitaxis con motor.

Y, además, alimenta el debate que se suscitó la semana pasada cuando la alcaldesa Claudia López dio instrucciones a las autoridades de sacar de circulación a los mototaxis en la ciudad, debido al peligro que representan en las ciclorrutas.