Por: LA PATRIA

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Este artículo fue curado por pulzo   Dic 22, 2025 - 2:14 pm
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Pedro Nel Betancur González, de 81 años, fue hallado sin vida por sus familiares tras permanecer postrado en cama desde marzo, cuando sufrió un grave accidente de tránsito. Aunque no se evidenciaron signos de violencia al momento de su hallazgo, el deceso fue reportado en el Hospital San José de Neira, donde los profesionales de salud se abstuvieron de certificar una muerte de causa natural. Su argumentación se centró en la posibilidad de que las lesiones y secuelas derivadas del accidente automovilístico fueran determinantes en su fallecimiento, lo que convierte este hecho en una muerte violenta según la clasificación médica y legal aplicable en Colombia. Esta interpretación resalta la importancia de considerar los antecedentes traumáticos en adultos mayores y su impacto en la salud a largo plazo.

La situación de Pedro Nel Betancur González no es un caso aislado en la región. De acuerdo con información de LA PATRIA, Neira ha llegado a registrar un total de 11 muertes relacionadas con hechos viales en 2025, superando por una víctima las cifras de 2024. Un elemento preocupante es que cinco de esos decesos han ocurrido únicamente durante el mes de diciembre, lo que evidencia un incremento significativo y reciente en la siniestralidad vial en este municipio caldense.

Entre los casos recientes destaca el de Sergio Andrés Montoya Gálvez, de 27 años, quien falleció en un accidente en motocicleta en la vía que conecta a Manizales con Neira. Además, Bernardo Murillo Sánchez, comerciante de 71 años, perdió la vida tras ser arrollado por una moto en el sector de Los Pantanos; el conductor involucrado se dio a la fuga. Adicionalmente, en el mismo sector, los jóvenes Brayan Estiven Betancourt González, de 16 años, y Sebastián Rivera Rojas, de 18, fallecieron tras el choque de la motocicleta en que se movilizaban contra una camioneta. Todos ellos representan la diversidad de edades y ocupaciones de las víctimas fatales en estos hechos.

La problemática de los accidentes de tránsito y sus consecuencias no se limita a Neira. En Manizales, en la mañana del 22 de diciembre, una mujer de 71 años fue arrollada por una motocicleta en la intersección de la carrera 14 con calle 51. Esta persona sufrió lesiones graves: una herida abierta y sangrante en la cabeza, así como fracturas evidentes en la muñeca, tibia y peroné izquierdos. Tras la atención inicial del Grupo de Emergencias y Rescate (GER), fue trasladada al SES Hospital Universitario de Caldas para una valoración médica más exhaustiva.

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Según lo expuesto por LA PATRIA, los relatos de estas víctimas revelan un patrón alarmante de vulnerabilidad, especialmente entre adultos mayores y jóvenes, ante la falta de conciencia vial y la rápida escalada de incidentes fatales durante el cierre de año en Caldas. Además, la identificación precisa de la causa de muerte, como sucede en el caso de Pedro Nel Betancur González, subraya el papel fundamental que desempeñan los equipos médicos y de investigación judicial en la correcta clasificación y prevención futura de estos hechos.

¿Qué significa que una muerte sea clasificada como violenta por secuelas de accidente de tránsito?

Cuando una persona fallece tiempo después de un accidente de tránsito, el proceso de certificación médica debe examinar si el fallecimiento estuvo relacionado directamente con las lesiones recibidas en el siniestro. Si los hallazgos médicos demuestran que existen secuelas o daños que desencadenaron complicaciones fatales derivadas del accidente, la muerte no se cataloga como natural sino como violenta según los estándares de salud y justicia colombianos.

Esta clasificación tiene implicaciones legales y administrativas, tanto para las estadísticas nacionales de mortalidad como para la eventual investigación judicial y cobertura de seguros. Además, resalta la importancia de un enfoque riguroso y multidisciplinario en el análisis de las muertes que, aunque no sean resultado inmediato del evento, sí guardan una relación causal comprobable, como lo señalaba el personal del Hospital San José de Neira en el caso específico aquí documentado.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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