El incidente ocurrió el sábado en El Tarra, un municipio del fronterizo departamento de Norte de Santander. Según el general del ejército Ómar Sepúlveda, un militar murió “por un artefacto explosivo” y al menos 16 resultaron heridos “producto de la asonada”.

De los 200 atacantes, “aproximadamente el 95 % son civiles venezolanos” que están siendo “cooptados” e “instrumentalizados” por las disidencias de las Farc, dijo Sepúlveda a W Radio este lunes.

Los migrantes pretendían “apoderarse” del cuartel utilizando “explosivos improvisados, caucheras, palos” y “bombas molotov” para “crear ahí un asentamiento”, agregó el responsable castrense.

Sepúlveda responsabilizó del ataque al jefe disidente ‘Jhon Mechas’, quien comanda una fracción de rebeldes que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 y delinque en esa región clave para la producción de hoja de coca, el principal componente de la cocaína.

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El Tarra integra la región del Catatumbo, considerada por la ONU como el lugar con más narcocultivos del mundo (40.084 hectáreas sembradas). Múltiples grupos armados se disputan las rentas de ese negocio ilegal.

El ejército anunció que efectivos del escuadrón antidisturbios se movilizarán hasta ese municipio y las autoridades locales declararon un toque de queda hasta la mañana del martes.

Con 1,8 millones de personas, Colombia es el principal receptor de migrantes venezolanos que huyen de la crisis económica y social del alicaído país petrolero, en medio de las tensiones diplomáticas entre Bogotá y Caracas.

El presidente Iván Duque acusa a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, de dar refugio y protección a guerrilleros que imponen su ley en la convulsa frontera.