Hasta este martes, el país no salía del asombro por el reconocimiento que hicieron el sábado pasado los líderes del partido Farc de haber consumado, cuando aún eran guerrilla, el magnicidio del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, una responsabilidad que presentaron ante el país como colectiva.

Sin embargo, en la noche del martes, Carlos Antonio Lozada dijo en una entrevista con El Espectador que fue él quien transmitió la orden dada por Jorge Briceño, alias ‘Mono Jojoy’, entonces cabecilla del violento Bloque Oriental de las Farc, a las unidades que estaban bajo su mando en Bogotá.

De las declaraciones de Lozada se desprenden varios hechos concretos, el primero de los cuales es que, definitivamente, los dirigentes de la Farc están abocados a presentar pruebas concluyentes de su responsabilidad en el crimen, so pena, incluso, de ser excluidos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y perder beneficios que se derivan de los acuerdos de paz.

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Otro hecho es que del asesinato de Gómez Hurtado solo quedaría un responsable directo: el supuesto gatillero que le disparó al líder conservador —el 2 de noviembre de 1995 frente a la Universidad Sergio Arboleda—, y que, según Lozada, tiene al alias de ‘el Profe’ y aún está vivo. Los demás responsables, de acuerdo por lo dicho con Lozada al diario bogotano, están muertos o tienen una responsabilidad indirecta. Incluso la del propio Lozada.

Aunque en el título del rotativo aparece una cita entrecomillada atribuida a Lozada, “Yo ejecuté la orden de asesinar a Álvaro Gómez”, en el texto no aparece en primera persona y de manera tan directa el reconocimiento por parte de Lozada de la ejecución del crimen.

De hecho, Lozada comienza por decirle al diario que el asesinato de Gómez Hurtado “es un hecho cuya responsabilidad es de la Red Urbana Antonio Nariño, de la cual yo era comandante en ese momento”. Y después, preguntado sobre quién dio la orden del asesinato, responde: “La orden la dio el secretariado y la recibí de Jorge Briceño, que era el comandante a quien yo le atendía órdenes. Esa orden se transmitió a través mío y la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño”.

Es claro que, en su expresión, Lozada no admite que dio la orden ni que la ejecutó, sino que fue una suerte de vehículo entre quien la impartió (el secretariado de las Farc y ‘Jojoy’) y quienes la llevaron a cabo.

La distancia que quiere poner Lozada entre él y el crimen también se evidencia cuando le cuenta a ese medio que el día del magnicidio de Gómez Hurtado “por coincidencia” estaba con el ‘Mono Jojoy’ en el Guaviare. “Me habían llamado a reunión del Estado Mayor del bloque Oriental, nos estábamos concentrando para desplazarnos a un encuentro con Manuel Marulanda. Ahí supimos que se había cumplido la orden que se había dado”.

Pero hoy, tanto quienes impartieron la supuesta orden como quienes la ejecutaron (solo está vivo alias ‘el Profe’, según Lozada) están muertos: Manuel Marulanda alias ‘Tirofijo’ murió enfermo en 2008 y el ‘Mono Jojoy’ cayó abatido en un bombardeo en La Macarena (Meta) en 2010.

Sobre los ejecutores, Lozada le dijo a El Espectador que fueron cuatro “exclusivamente guerrilleros urbanos de la RUAN. Nadie más”, todo los cuales, en palabras del parlamentario “fueron asesinados por la Policía”.

Y cuando ese medio le pregunta ¿cuánto tiempo pasó desde que se dio la orden hasta que usted la ejecutó?, buscando indirecta, pero inteligentemente, que Lozada asumiera en primera persona su responsabilidad, el exguerrillero toma más distancia con una respuesta alusiva a la idea de que el asesinato de Gómez Hurtado lo motivó un viejo odio que sentía hacia él ‘Tirofijo’.

Esa decisión estaba tomada desde la fundación de las Farc, no es que se haya dado la orden en ese momento específico [el del asesinato de Gómez Hurtado], es que en ese momento se dieron las condiciones”, respondió Lozada, y situó el crimen en el amplio y enmarañado escenario del conflicto.

“En el contexto y en la dinámica de la guerra había planes de todos los bloques y todos los frentes sobre cómo actuar frente a las Fuerzas Militares y aquellos civiles que habían tenido responsabilidad histórica en el conflicto. En este caso por el discurso de Gómez Hurtado que fue el detonante que nos embarcó a todos en una guerra de 50 años con cientos de miles de muertos y torturados de todos los bandos. Para entender ese hecho hay que estar en la lógica de la guerra”, dijo Lozada.

Así, es a la JEP a la que le corresponde ahora establecer la veracidad de lo dicho por Lozada y por la Farc sobre su responsabilidad en la muerte de Gómez Hurtado, una autoría de la que muchas personas dudan, incluso la familia del líder conservador, que insiste en que los responsables son Ernesto Samper y Horacio Serpa.