Los disparos de una delincuencia hambrienta por quitarle la moto que había comprado recientemente acabaron con la vida de Carlos Andrés Ruiz García, reconocido como un hombre de familia y trabajador ejemplar por quienes lamentan su muerte, en Antioquia.

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Este trabajador de la empresa de electrodomésticos Haceb, de 42 años, acababa de salir de su casa en cercanías a la cárcel Bellavista, y se disponía a tomar la nueva vía Regional, considerando que era el corredor más rápido para llegar puntual para iniciar su jornada.

De acuerdo con las autoridades, luego de pasar por las afueras del centro de reclusión, los delincuentes lo visualizaron e intentaron interceptarlo. Al oponer resistencia, acelerando su motocicleta, los criminales accionaron su arma de fuego, ocasionándole el final trágico. Mientras yacía, se llevaron su motocicleta, la cual fue posteriormente recuperada en Manrique Santa Inés por el GPS que tenía instalado.

Édison Ruiz, uno de los hermanos de Carlos Andrés, comentó que ellos se enteraron de su asesinato porque una persona encontró sus datos y se contactó con la esposa. Era padre de un hijo de 20 años, el cual actualmente se encuentra en la universidad.

“Representaba el apoyo, la colaboración. Cuando lo llamaban, siempre estaba ahí para ayudar”, destacó su hermano, hablando de las cualidades que describían a Carlos Andrés, quien trabajaba desde hace 20 años en esta empresa, ubicada en Copacabana, en la cual había obtenido varios reconocimientos por su desempeño en el área de servicio técnico, para lo cual se desplazaba por todo el Valle de Aburrá.

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Su gran pasión eran las motos y por este gusto invirtió hace seis meses en un vehículo que, actualmente, está avaluado en $ 24.900.000. “Su gran ‘hobby’ era salir en su motocicleta y muchas veces lo hacía conmigo. El fin de semana me dijo que iba a ir a la casa mía a hacer unas cosas de la moto”, señaló Édison.

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Sus familiares no asimilan su fallecimiento y aducen que otro allegado ya había sido víctima de la delincuencia, aunque sin entregar detalles. “Nos va a tocar adaptarnos a esta nueva realidad porque es muy visible que al Gobierno la delincuencia se le salió de las manos”, concluyó el hermano de Carlos Andrés, quien fue la quinta persona muerta en casos de robo de motos en el Valle de Aburrá, la cuarta mediante la modalidad de homicidio.