Nos obligaron a embarcarnos con amenazas y mentiras. No tenemos comida, ni agua, hay niños descalzos y familias sin carpas. Nos enviaron a una muerte segura’’, relató el migrante Alexander Rada, desde Capurganá.

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El viernes 17 de febrero, la Alcaldía de Necoclí envió más de 200 migrantes, entre los que había niños desnutridos, mujeres embarazadas, personas discapacitadas y algunos enfermos a la selva del Darién. Eran los migrantes varados en el municipio.

“¿Por qué fueron embarcados en la madrugada?, ¿qué trataban de esconder?, ¿por qué no hubo presencia de la iglesia, de la Defensoría del Pueblo, ni de las ONGs?’’, son los interrogantes que se plantea el obispo de Apartadó, nombrado por el Papa Francisco arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia, el 25 de enero de este año.

El arzobispo Hugo Torres calificó la acción como inhumana. “Esos niños, mujeres y adultos, no estaban preparados para enfrentar los peligros de la selva del Darién. No contaban con botas, agua, mercado o medicamentos. Tomaron la selva con las manos vacías, los pies descalzos y sin abrigo’’.

Según Torres, los migrantes expulsados de Necoclí estaban desnutridos, “La mayoría de los migrantes probaban un solo bocado al día. Si a media libra de arroz para cuatro personas se le puede llamar alimento. Por vivienda tenían cambuches de plástico negro; unas cuantas familias, privilegiadas, contaban con una carpa para cuatro personas, donde dormían hasta ocho’’.

Monseñor aprieta sus manos, mira al piso y, con la expresión de su rostro, lanza un grito silencioso; a los 10 o 15 segundos, murmura, “en los pies del migrante”.

Una fuente de la Defensoría del Pueblo confirmó la expulsión de los migrantes “en situación de calle” de Necoclí; entre los migrantes iban 20 mujeres embarazadas y 75 niños. La fuente oficial también confirmó que el operativo empezó a las tres de la mañana y la Defensoría nunca fue informada del procedimiento, “solo nos dimos cuenta a 7:30 a. m., cuando ya estaban en Capurganá”.

Por último, el funcionario aseguró que el mismo viernes se le hizo requerimiento a la Alcaldía de Necoclí, a Migración Colombia y Personería Municipal, quienes estuvieron presentes en la expulsión de los migrantes. “Este procedimiento no fue una migración segura, controlada y humanitaria. Pilares que rigen la migración”.

Desde el viernes 17 se trató de hablar con el señor Tomas Teherán, secretario de Turismo de Necoclí y quien dirigió el operativo de los migrantes. A punto de terminar esta nota, respondió el llamado, pero no fue posible que diera declaraciones, ‘’ hoy estuvimos en Consejo de Gobierno, tratando el tema. Estamos preparando un comunicado de prensa el cual será entregado a los medios en los próximos días’’.

‘’En los pies del migrante’’

Hugo Torres, junto con las hermanas Franciscanas, las de la Presentación, los sacerdotes Henry Lopera y Hernán Aguirre, han sido el único auxilio para el migrante en los últimos 8 años.

Brindan alimento caliente, cerca de 200 diarios son repartidos entre los migrantes. Para la mayoría es el único alimento que prueban al día. También socorren al enfermo, les brindan apoyo emocional y les informan de sus Derechos. Hugo Torres es llamado “el Pastor de los migrantes’’.

El lunes 13 febrero visitamos a los migrantes varados en Necoclí, ese día se topó a la hermana Gloria de la Presentación pidiendo pan, mortadela, chocolate y leche para llevarles alimento. “Hace días no le hemos podido brindar comida a nuestros hermanos migrantes, llevan bastante tiempo sin comer’’.

Eran las 5:00 p. m., la temperatura rondaba los 34º. La hermana Cecilia Maldonado, en compañía de Paola, una voluntaria, caminaban por los cambuches con dos pesados baldes de 5 galones y varias bolsas con emparedados mientras anuncian: “vengan solo los niños y traigan vasos’’. De las chozas de plástico negro y de pequeñas carpas salen alrededor de 150 infantes, los alinean de menor a mayor y repartieron sándwiches hasta donde hubo, y para unos 50 solo alcanzó chocolate.

Mientras dos pequeños niños devoran con alegría el emparedado con chocolate caliente, su madre dice: “es el primer bocado que han probado hoy y seguro será el único. Ellos nunca nos desamparan’’.

El dinero que mueve la migración en Necoclí

Desde el 2022 el fenómeno migratorio por el Darién se intensificó en la postpandemia, en ese año fueron 250 mil migrantes que cruzaron por el tapón. Lo anterior según datos que aportó el Ministerio de Seguridad de Panamá.

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Caribe SAS y Katamaran, las dos empresas de transporte marítimo de Necoclí, le cobran 50 dólares al migrante por llevarlo hasta Acandí o Capurganá; el monto cobrado a una turista o viajero es de 25 dólares. Haciendo un cálculo matemático sencillo y dando un valor de $ 4.500 al dólar, estas empresas recibieron en 2022 un aproximado de 56.250 millones de pesos.

Con la colaboración de dos oficiales de campo de ONGs presentes en Necoclí, se elaboró una tabla de gastos de un migrante en su paso por este municipio. Un migrante gasta alrededor de 215 dólares en su paso por Necoclí, en hospedaje, alimentación y compras de elementos necesarios para enfrentar el paso por el Darién. Lo que permite inferir, que en 2022 los migrantes aportaron a la economía de Necoclí, 241.875 millones de pesos.

Botados en Capurganá, sin posibilidad de virar y obligados a enfrentar los peligros del Darién

Alexander Rada, migrante venezolano y padre de dos pequeños, relata cómo fue la expulsión: “Eran poco más de las tres de la madrugada, cuando fuimos despertados por el señor Guillermo Teherán, secretario de Turismo de Necoclí y otro señor. Ellos con lista en mano nos reunieron y nos dijeron que empacáramos todo, que la Alcaldía de Necoclí pagaba el transporte en lancha hasta Capurganá, y allí ya estaban contratados los guías para llevarnos hasta el albergue de ONU, en Panamá. Algunos nos opusimos, pero fuimos amenazados con deportación”.

Este no fue el único intento de expulsión de migrantes varados en Necoclí por parte de la Alcaldía. El pasado 2 de enero, cuatro días antes de empezar las fiestas del Coco, hubo un intento similar, pero los migrantes se rebelaron y no aceptaron.

En un video enviado por Alexander Rada, desde Capurganá, denuncia que al llegar a Capurganá nadie había informado de su llegada y mucho menos se había hecho pago por su guianza hasta la frontera con Panamá.

“Fuimos engañados. Enviaron a mujeres embarazadas, niños desnutridos y desvalidos a enfrentar los peligros del Darién. Dios quieran que ninguno de ellos muera en esta travesía. Si hay una desgracia, los únicos culpables son los de la alcaldía de Necoclí”.

Según los migrantes, fueron recibidos con amabilidad y respeto en el albergue, Abel Pacheco de Capurganá: “Nos dieron desayuno y almuerzo, a más de doscientos migrantes. Nos facilitaron la opción de regresarnos a Necoclí, pero no aceptamos, estábamos decididos a coger selva solos.

Ante nuestra determinación, los guías aceptaron llevarnos hasta la frontera sin pagar un solo dólar, pero que de ahí en adelante estaríamos a nuestra suerte”. Por otro lado, el señor Prada, aseguró que en el albergue les donaron ropa de segunda limpia y en buen estado.

Consultado Darwin García Pérez, coordinador del albergue para migrantes en Capurganá, sobre los migrantes enviados por la Alcaldía de Necoclí, este expresó que nunca fueron consultados y menos avisados sobre está situación.

“Siempre sucede lo mismo, cuando Necoclí tiene migrantes represados, nos los envían sin aviso, sin comida y sin elementos para enfrentar el duro camino del Darién”.

Según el coordinador del albergue, el viernes 17 de enero llegaron, procedentes de Necoclí, 170 adultos y 75 niños. “A todos se les dio alimento gratis, se les donó ropa y ante la decisión, de los migrantes de continuar solos, se decidió que cuatro guías los acompañaran en su viaje de dos días, hasta la frontera con Panamá, hasta ahí tenemos permiso para acompañar a los migrantes’’.

Por último, el señor García, al ser consultado sobre la ropa donada a los migrantes, explicó que los guías recogen la ropa tirada en el camino por los migrantes, la que está en buen estado, la lavan y la donan a los migrantes que están en una situación difícil. “Esto lo hacemos sin ningún apoyo, al igual que los alimentos, los recursos salen del cobro de la guianza. Solo contamos con la ayuda de la Cruz Roja de Colombia. En el albergue montaron un puesto de salud, con médicos, enfermeras y medicamentos”.

‘’Carlos’’, uno de los 26 guías autorizados de Capurganá, le expresó a este medio lo siguiente: “mire cómo es este negocio, el señor de la empresa de transporte marítimo, Katamaran, que solo transporta migrantes y los que tienen recursos, los envía por Acandí, porque allá le pagan por cada migrante descargado. Nosotros no aceptamos ese chantaje, porque ese costo se lo tendríamos que transferir al migrante. Pero cuando saca migrantes varados en Necoclí, que no cuentan con dinero, nos los envía a nosotros”. Nombre cambiado por solicitud de la fuente.

Sin compañía de guías y sin estar preparados, el grupo de migrantes compuesto por 170 adultos y 75 niños cruzaron la frontera colombo-panameña el sábado 18 de febrero y por al menos días se enfrentarán al Paso de Muerte en el Darién panameño.

Si les va bien, podrán estar llegando al albergue de Canaá Membrillo, Panamá, el jueves 23 de febrero, pero por siete días enfrentaran ‘’La Montaña de Muerte’’, cruzarán el peligroso río Tuquesa, que con sus crecientes súbitas ha matado decenas de migrantes y al no contar con guías ni dinero para el pago de lanchas, atravesarán a pie el tramo más peligroso, entre la mítica montaña y el albergue del Abuelo, donde han ocurrido cientos de robos, incontables violaciones y se toparán con decenas de cadáveres.