Después de que fracasara la reunión entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe la semana pasada para destrabar el debate de la reforma a la salud en la Cámara de Representantes, se temió que, como lo ha anunciado particularmente la senadora uribista Paloma Valencia, ahora fuera más complicado lograr el quórum para deliberar y tomar decisiones. Pero no ocurrió así y la reforma siguió dando pasos en medio de las dificultades.
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Después del encuentro entre Petro y Uribe, las posiciones parecieron radicalizarse con el centro Democrático, pero también con otras colectividades políticas como la Alianza Verde, que debate si seguir en el Gobierno o declararse independiente, y el Partido Liberal, que sufre asimismo fuertes tensiones internas, entre otras razones, por la reforma a la salud. El clima estaba enrarecido.
El expresidente Uribe salió al día siguiente del encuentro con Petro, con la senadora Valencia y el representante Andrés Forero, a exponerle al país lo que le habían planteado al jefe de Estado. Para Uribe, lo que hubo con Petro no fue un diálogo, sino “un buen debate, franco e importante de desacuerdos”. Además, insistió en que la reforma podría afectar la prestación del servicio de salud, acabando el sistema y abriendo la puerta a la corrupción, sumado a la incertidumbre financiera sobre la sostenibilidad del modelo propuesto.
El presidente Gustavo Petro aseguró el domingo que entendió que el uribismo tiene “muy poca valoración del sistema preventivo de centros de atención primaria y los equipos médicos que recorrerán de manera permanente todos los hogares del país”, y anunció: “Lo primero que me dijo el Centro Democrático fue que la ley se caería completa en la Corte Constitucional, les dije que se presentaría, en ese caso, de nuevo todas las veces que sea necesario haciendo las correcciones que la Corte diga”.
Así las cosas, se creyó que el ambiente para la discusión de la reforma en la Cámara se había enrarecido definitivamente. Pero este martes la plenaria de esa corporación discutió durante unas seis horas el proyecto de reforma a la salud y se logró la aprobación de 15 artículos de la ponencia para el segundo debate. Con esto, en total han pasado 90 numerales del proyecto, y aún restan 45 artículos por estudiarse.
Este miércoles, el expresidente Álvaro Uribe reaccionó en X (antes Twitter) y calificó el hecho asegurando que “avanza la destrucción de la salud”.
Insistió en que las cuentas ya no serían revisadas por los aseguradores ni por las EPS, y que todo lo haría el Gobierno, “que giraría el 85 % anticipado a los prestadores, y para el resto habría auditoría aleatoria” por parte del Ejecutivo a través de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), entidad adscrita al Ministerio de Salud.
Para Uribe, pagar el dinero sin auditoría significa un “Estado ineficiente, politiquero y un riesgo grande de botar los recursos”, y advirtió que “ya el sistema de salud está paralizado por pánico y avanza la destrucción”.
Avanza la destrucción de la salud:
Ya las cuentas no serían revisadas por los aseguradores, EPS, todo lo haría el Gbno que giraría el 85% anticipado a los prestadores, y para el resto habría auditoría aleatoria del Gbno, Adres.
Pagar el dinero sin auditoría. Estado…
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) November 29, 2023
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