La acusación contra la excongresista Aída Merlano Rebolledo la hizo la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, que dijo que la mujer fue llamada a juicio como presunta coautora por hechos que ocurrieron en 2018, en su campaña para llegar al Senado.

El alto tribunal recordó que para esa época, Merlano “cometió conductas de corrupción electoral y compra de votos”, delitos por los que fue acusada y condenada a 11 años y cuatro meses de prisión.

De ese expediente contra Merlano, la Corte mencionó, en un comunicado, que se abrieron varios procesos que involucraron a dirigentes políticos y a “un empresario del Atlántico, quien era pareja y financiador de la campaña proselitista de la excongresista, y cuyo hermano habría hecho un préstamo bancario del que terminaron girándose cheques por altas sumas de dinero para la campaña”, entre enero y marzo del mismo año.

Luego de una ardua investigación, el tribunal dice que encontró que en ese mismo periodo se hicieron “múltiples movimientos financieros en el entorno de la campaña”, y que presuntamente se quiso dar una apariencia de legalidad a los dineros “sin que la tuvieran”.

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Lo que la Corte estableció es que esos dineros habrían ido a parar a la campaña de la excongresista, por lo que considera que se superó el límite de gasto que definió el Consejo Nacional Electoral (CNE): 884.131.163 pesos.

Si bien el tribunal no responsabiliza directamente a Merlano de estas irregularidades electorales, sí la ubica como coautora dentro del proceso.

Hasta el momento no se conoce de una reacción de la excongresista, que sigue prófuga de la justicia desde que huyó durante una cita odontológica en el norte de Bogotá, y de lo único que se sabe de ella es que sorprendió con regalos a su hija, Aída Victoria, cuando cumplió años y cuando festejó el haber llegado a dos millones de seguidores en Instagram.