Escrito por:  Redacción Mundo
Nov 23, 2025 - 12:42 am

Yumara Salinas, una inmigrante venezolana que trabajaba en Miami, aseguró que perdió su empleo tras grabar un video en el que Lionel Messi le envía un saludo a su pareja, Gredito Colón. El video, que dura unos 11 segundos, se volvió viral y ha despertado una gran ola de reacciones en redes sociales.

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Según relató Salinas, el momento ocurrió durante una jornada laboral en lo que parece ser un estadio. En esa ocasión, aprovechó la oportunidad para acercarse a Messi y pedirle que grabara un mensaje. “Gredito Colón… mi pareja”, dice ella en el video, mientras Messi sonríe y responde: “¡Ah!, pensé que era para tu hijo… Gredito Colón, saludos”.

Acá, el video del saludo:

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Después de un tiempo, la mujer subió ese clip a su cuenta de Instagram junto con un mensaje cargado de emoción y resignación: “Y fue así como le hice realidad el sueño a mi pareja… que el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, le enviara un saludo. Lastimosamente, esto me costó mi empleo. El tiempo de Dios es perfecto y algo mejor vendrá para mí”.

De acuerdo con varios medios, tras la difusión del video, Yumara recibió un comunicado interno de su empresa en el que se le prohibía seguir trabajando en los recintos donde desempeñaba sus labores.

Sin embargo, hasta ahora no ha trascendido públicamente el nombre de la empresa, ni se han emitido explicaciones oficiales detalladas sobre las razones de su despido.

La historia ha provocado un debate considerable. Muchos usuarios en redes sociales han expresado su solidaridad con Salinas, calificando su despido como una sanción desproporcionada por un gesto que, para ella, fue simplemente un acto de cariño y admiración.

Algunos apuntan a que la empresa consideró el video “inapropiado” para una empleada, como reportan medios como LatinUS. Por su parte, Salinas no ha ocultado su frustración, aunque insiste en un mensaje de esperanza: cree que algo mejor le espera “porque el tiempo de Dios es perfecto”.

Hasta el momento, no hay una versión pública directa de Messi ni del club Inter Miami sobre el episodio, ni una declaración oficial de la empresa empleadora. El caso, sin embargo, ha puesto sobre la mesa la tensión entre la espontaneidad de los fanáticos y las políticas laborales de las organizaciones que operan en escenarios deportivos de alto perfil.

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