La artista se sorprendió al ver que el Vaticano había usado una reproducción de la imagen pintada por ella en un puente, que mostraba el corazón distintivo de Babrow estampado en el pecho de Cristo, como el sello postal de Pascua, detalló la Associated Press. 

Babrow demandó a la oficina de telecomunicaciones del Vaticano en un tribunal de Roma el mes pasado, alegando que se estaba aprovechando indebidamente de su creatividad y violando la intención de su obra de arte, agregó esa agencia de noticias.

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La demanda, que busca 160.000 dólares (unos 597 millones de pesos) en daños, dice que el Vaticano nunca respondió oficialmente a los intentos de Babrow de negociar un acuerdo después de que descubrió que habían usado su imagen sin consentimiento y esta se vendió, indicó AP. 

“No lo podía creer. Honestamente, pensé que era una broma”, dijo Babrow a Associated Press en una entrevista, a unos pasos de la Plaza de San Pedro. “El verdadero impacto fue que no esperas ciertas cosas de ciertas organizaciones”, apuntó. 

Al respecto, la oficina de sellos del Vaticano se negó a comentar sobre la demanda, dijo su jefe, Massimo Olivieri. La oficina de prensa del Vaticano también rechazó las solicitudes de comentarios, añadió la agencia de noticias. 

Los abogados de derechos de autor familiarizados con el caso dicen que es un punto de referencia importante para Italia y una prueba del creciente aprecio por el arte callejero al estilo Banksy. Subrayan que, incluso los grafitis anónimos o el “arte de guerrilla”, merecen protección contra la comercialización corporativa no autorizada o, en este caso, la comercialización de la iglesia, sentenció AP. 

Massimo Sterpi, cuya firma en Roma ha representado a Banksy en casos de derechos de autor, dijo que la ley de propiedad intelectual en gran parte de Europa y Estados Unidos protege los derechos de los artistas incluso si una pieza fue creada ilegalmente en propiedad pública o privada, agregó Associated Press. 

“La ley considera irrelevante si la obra se realiza en papel, lienzo, una pared o un puente”, dijo Sterpi. Las personas que comercializan arte callejero sin hacer esfuerzos de buena fe para encontrar al artista y negociar el uso de la imagen “lo hacen bajo su propio riesgo”, concluyó en diálogo con la agencia de noticias.