Cárdenas Guisado fue condenado, en rebeldía, a diez años de prisión por su papel como proveedor de un grupo criminal que traficaba drogas de Sudamérica a Europa.

Otro ciudadano colombiano, Francisco Jiménez Galván, de 66 años, fue el único imputado de la banda criminal que reconoció indirectamente su papel y fue condenado a ocho años de prisión con una multa de 50.000 euros.

La justicia francesa condenó a penas de hasta 12 años a los responsables de esa red internacional de tráfico de cocaína que llevaba droga a los aeropuertos de París en maletas procedentes de Latinoamérica.

Por el caso, veintisiete imputados comparecieron del 2 de noviembre al 7 de diciembre ante el tribunal penal de Marsella, en el sur de Francia.

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La red involucraba a proveedores de Colombia, miembros de la Camorra y la N’Dranghetta italianas, así como grupos criminales en Marsella.

El caso fue llamado “Tatoo”, el nombre de los pequeños dispositivos de mensajería electrónica imposibles de rastrear con los que los miembros de la red usaban para comunicarse.

Entre 2012 y 2014, maletas llenas de entre 24 y 36 kilos de cocaína extremadamente pura salían de Venezuela o República Dominicana con destino a los aeropuertos parisinos de Orly y Roissy.

Una vez allí, maleteros cómplices las sacaban discretamente. En total se identificaron ocho traslados y se incautaron cerca de 85 kilos de droga. El considerado como máximo responsable de la red, Kamel Seraf, fue condenado a 12 años de prisión y una multa de 200.000 euros (214.000 dólares).

Sus hermanos Abdelnasser y Abdelkrim fueron condenados a siete años de prisión y 50.000 euros de multa por los graves delitos en su contra.