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Este artículo fue curado por pulzo   Dic 11, 2025 - 1:15 pm
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Del “desinformado” Trump al “narcotraficante” Petro. El cruce de acusaciones pone en jaque la relación de dos aliados de larga data: Colombia y Estados Unidos.

La nueva escalada de las tensiones entre los dos mandatarios se produjo el miércoles 10 de diciembre, cuando el líder de la Casa Blanca sostuvo que el mandatario colombiano “será el siguiente”, en alusión a la presión que Washington ejerce en la región. Desde el pasado agosto, EE. UU. inició su mayor despliegue naval en décadas en el Caribe, seguido de ataques contra supuestas narcolanchas, que justifica bajo una política de lucha contra las drogas, con la que, hasta el momento, ha apuntado directamente al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

“Él (Petro) ha sido bastante hostil con Estados Unidos, no le he dado mucha importancia. Él va a tener pronto serios problemas si no se da cuenta. Colombia produce mucha droga; tienen fábricas de cocaína que producen cocaína, ¿sabes?, y la envían a Estados Unidos. Así que más le vale que se dé cuenta o será el siguiente. Será el siguiente pronto. Espero que me esté escuchando, él será el siguiente”, remarcó Trump ante la prensa en la Casa Blanca.

“Trump es un hombre muy desinformado de Colombia”

Si bien los dos líderes han protagonizado varios cruces de acusaciones, esta es la primera vez–en medio del mayor despliegue militar estadounidense en la región en décadas–que Trump apunta directamente a Petro.

La respuesta del presidente latinoamericano llegó poco después, cuando contestó que “Trump es un hombre muy desinformado de Colombia“.

“Es una lástima, porque deshecha el país que más sabe de tráfico de cocaína”, agregó.

En un comunicado extenso, fraccionado en tres publicaciones fijadas en su perfil de X, el primer mandatario de izquierda en la historia de Colombia insistió en la idea de que “mafiosos” que él mismo ha combatido “por décadas” ahora están mintiendo a Trump sobre la realidad de la lucha antidrogas en la nación latinoamericana.

“Esa desinformación terrible hacia el presidente de los EE. UU., lo lleva a frases y acciones que no se pueden hacer sobre un presidente elegido democráticamente por la mayoría de la sociedad colombiana. Así se irrespeta es a Colombia”, continúo Petro, antes de confesar sus diferencias con la Casa Blanca “sobre Palestina, Caribe, Venezuela y la eficacia de la lucha contra las mafias”.

“Los dueños de las mafias de la cocaína viven en yates cerca a Dubai y en Madrid y han negociado con la justicia de EE. UU.” remarcó Petro.

Las declaraciones de Trump sobre la posibilidad de una mayor implicación militar en Colombia, en el marco del despliegue en el Caribe, llega como una confirmación de lo que comentó el republicano al medio estadounidense ‘Político’, en una entrevista publicada el martes, en la que aseguró que podría ampliar las operaciones militares antidroga a México y Colombia.

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Políticas antidrogas antagónicas

La estrategia contra el narcotráfico ha sido uno de los puntos más conflictivos en la relación entre Donald Trump y Gustavo Petro, desde que el republicano regresó a la Casa Blanca en enero de 2025. No se trata simplemente de desacuerdos tácticos, sino de concepciones filosóficas opuestas sobre la naturaleza del narcotráfico, sus causas profundas y las soluciones válidas para enfrentarlo.

Si Trump autoriza ejecutar, sin juicio previo, a traficantes de droga en el mar, Petro defiende su estrategia fallida de “paz total” para desarmar pacíficamente a los carteles del país.

En ese sentido, mientras Washington se muestra partidario de métodos como la erradicación forzada de los cultivos de coca, Petro apuesta por la sustitución voluntaria de cultivos.

“Los cultivos de hoja de coca no se reducen tirando glifosato desde avionetas, sino disminuyendo la demanda de cocaína fundamentalmente de EE.UU. y Europa“, expresó la Presidencia de Colombia en un comunicado del pasado 15 de septiembre. Washington, en cambio, centra sus esfuerzos en responsabilizar a los países productores, mientras omite la demanda creciente al interior de sus fronteras.

La confrontación entre Donald Trump y Gustavo Petro representa el choque frontal entre dos paradigmas radicalmente incompatibles en la política antidrogas hemisférica.

En septiembre de 2025, Washington excluyó a Colombia, por primera vez en casi tres décadas, de los países colaboradores de su política antidroga​​​​​​, al considerar que el Gobierno de Petro “no ha conseguido cumplir sus obligaciones”. Esta decisión que condenada por ministra de Relaciones Exteriores colombiana, Yolanda Villavicencio, quien la definió como “política y sesgada”.

Petro también defendió su estrategia contra el narcotráfico: “Nos descertifican después de que somos los que más incautamos cocaína de toda la historia, los que hemos desmantelado miles de laboratorios“. 

La batalla discursiva sobre los números revela un abismo interpretativo. Petro afirma haber decomisado más de 700 toneladas de clorhidrato de cocaína en 2025, un 8% más que en 2024, según del Ministerio de Defensa. Asimismo, reclama haber destruido el equivalente a un laboratorio de cocaína cada 40 minutos.

“Trump habla de fábricas de cocaína, las fábricas son rudimentarios invernaderos en medio de la selva. No se destruyen con misiles”, afirmó Petro el miércoles, antes de reivindicar la destrucción de “18.000 laboratorios (…) Sin matar una sola persona”.

Semanas después de la descertificación, el Departamento del Tesoro incluyó al presidente Petro y miembros de su círculo cercano en la denominada ‘Lista Clinton’, reservada a personas y empresas vinculadas al narcotráfico y al lavado de dinero.

“La producción de cocaína en Colombia ha alcanzado niveles récord”, señaló el comunicado oficial del Tesoro, que culpó a Petro de brindar “beneficios a organizaciones narco-terroristas”. El secretario del la institución, Scott Bessent, añadió que el mandatario colombiano “ha permitido que los carteles de droga florezcan y se ha negado a frenar su actividad”.

Esa semana, Trump aseguró en la plataforma Truth que Petro “es un líder del narcotráfico que fomenta fuertemente la producción masiva de drogas, tanto en campos grandes como pequeños, a lo largo de Colombia”.​​

Las sanciones alcanzaron a la primera dama, Verónica Alcocer, el hijo mayor del presidente, Nicolás Petro Burgos, y el ministro del Interior, Armando Benedetti, quienes ingresaron en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

Con este escenario hostil como telón de fondo, el despliegue militar ordenado por Trump en el Caribe, bajo el argumento de cazar a los traficantes de droga, ha actuado como un catalizador de la enemistad entre ambos presidentes.

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Roces en el Caribe

Estados Unidos mantiene el mayor despliegue militar en décadas en la región con el argumento de perseguir a los cárteles de narcotráfico. Inicialmente, cuatro buques de guerra, un submarino y 4.000 hombres se sumaron desplazaron al sur.

El despliegue fue sumando efectivos y equipamiento militar hasta convertirse en el más intenso desde el derrocamiento del general panameño Manuel Noriega en 1989.

A inicios de noviembre, la llegada al Caribe del portaaviones más avanzado y letal del planeta, el Gerald R. Ford, evidenció el deseo de Washington de proyectar una operación de gran envergadura. El régimen chavista de Venezuela denunció un plan de Trump para facilitar “un cambio de régimen”, en palabras del propio Nicolás Maduro.

Estados Unidos ha ampliado los ejercicios militares a la isla de Puerto Rico y Trinidad y Tobago.

En paralelo, Washington ha ordenado bombardear más de una veintena de lanchas en el Caribe, a las que acusó, sin pruebas, de transportar drogas hacia EE. UU. Cerca de 80 personas han muerto durante los operativos, cuya legalidad ha sido cuestionada por Naciones Unidas, Human Rights Watch y Amnistía Internacional.

Antes de estos organismos, Petro fue uno de los primeros líderes regionales en condenar los bombardeos, a los que se refirió como “ejecuciones extrajudiciales”.

Este martes, el presidente colombiano insistió en que “no es cierto que con misiles sobre lancheros se está luchando contra narcoterroristas”. Y agregó: “La cocaína sale más por el Pacífico que por el Caribe, sale más en flota mercante que en lancha, las lanchas solo son transportadoras a los barcos”.

El despliegue en el Caribe no fue la única medida que cuestionó Petro de la Administración Trump. El colombiano deslizó, de una forma casi imperceptible, su descontento por el indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, liberado de una prisión de EE. UU., donde cumplía una condena de 45 años por delitos de narcotráfico. 

“He solicitado un plan de lucha y persecución mundial a capitales y bienes de los narcos. No es indultándolos, no comparto esas decisiones. Negociar penas con narcos lo hace la justicia no los gobiernos”, azuzó Petro en X.

Las acusaciones cruzadas entre Bogotá y Washington debilitan el poder de interlocución de Petro ante la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela.

El presidente colombiano emitió el miércoles un mensaje en el que rechazó la posibilidad de una intervención militar de EE. UU. en el país vecino, por lo que instó a una “amnistía general”, así como a una transición democrática del poder. “La patria de Bolívar se defiende con más democracia y soberanía”, concluyó el mandatario colombiano.

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Con EFE y medios locales

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