Dos días después del ataque, el primero de carácter islamista en la historia de Austria, la policía, que ya detuvo a 14 personas, sigue investigando la trayectoria y posibles cómplices del yihadista Kujtim Fejzulai, abatido el lunes por las fuerzas de seguridad.

Fejzulai, de 20 años y originario de Macedonia del Norte, había sido condenado en abril de 2019 a 22 meses de cárcel por haber intentado viajar a Siria para unirse al EI, pero salió de prisión antes de cumplir toda la pena.

El primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, reconoció que esta liberación fue “sin duda un error”.

“Si no hubiera sido liberado, entonces el ataque no se hubiera producido”, afirmó el dirigente conservador en declaraciones a la radio-televisión pública.

El atentado de Viena, reivindicado por el EI, se produjo en medio de una gran tensión en Europa por la amenaza yihadista, acentuada por los recientes ataques en Niza, Francia, y contra el profesor francés Samuel Paty.

El ministro del Interior, Karl Nehammer, reconoció que el autor logró “engañar” el programa de desradicalización que seguía y que esto reflejaba un “fallo” de la administración austriaca.

Durante una entrevista con los agentes que lo vigilaban, Fejzulai había condenado los recientes atentados en Francia, explicó el director de Seguridad Pública, Franz Ruf.

Nehammer también dijo que encontraron fotografías de Fejzulai compartidas recientemente en Facebook en las que posaba con un Kaláshnikov y un machete y que llevaban el eslogan del EI.

¿Por qué no se dieron cuenta de que individuo era peligroso?

“Nadie hubiera pensado que fuera alguien capaz de cometer un ataque de este tipo”, dijo a la AFP el abogado Nikolaus Rast, que lo defendió durante el juicio en abril de 2019 y que lo describió como un chico “introvertido” y “un alma perdida que buscaba su lugar” en la sociedad.

“Sin querer meter el dedo en la llaga, si eran expertos, ¿por qué no se dieron cuenta de ello (de su radicalización)?”, afirmó el abogado.

Nacido en el año 2000 al sur de Viena, Kutjim Fejzulai pasó toda su vida en Austria pero empezó a tener problemas desde la adolescencia, tanto con sus padres como en el instituto, y empezó a acudir en una mezquita, informó el miércoles la prensa local.

“De acuerdo con las informaciones que disponemos actualmente, podemos decir que solo hubo un atacante que fue neutralizado por nuestros hombres”, declaró el director de Seguridad Pública.

Pero las fuerzas de seguridad siguen en alerta y el martes requisaron “una gran cantidad de material” y detuvieron a 14 personas. “Es posible que hayan aportado apoyo” al autor del ataque, explicó Ruf.

La investigación también afectó a otros países y otras dos personas fueron detenidas el martes en Suiza, donde Fejzulai tenía vínculos familiares.

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Tras el ataque, Kurz pidió a la Unión Europea que mejore la lucha contra el “islam político”, una “ideología” que representa un “peligro” para el “modelo de vida europeo”.

Kurz aseguró que están reflexionando con “iniciativas conjuntas” con el presidente Emmanuel Macron.

El dirigente francés denunció el martes “la voluntad de nuestros enemigos de atacar lo que es Europa, esta tierra de libertad, cultura y valores”, tras haber aportado su solidaridad en la embajada de Austria en París.

Los vieneses intentaban el miércoles regresar a la normalidad, tras un ataque que coincidió con la entrada en vigor esta semana de un nuevo confinamiento en Austria para frenar el COVID-19.

La publicación de nuevo de las caricaturas de Mahoma en Francia suscitó una ola de ira en el mundo musulmán y se multiplicaron las llamadas a cometer atentados en Europa.