Debido a las trombas de agua que se abaten desde hace varios días sobre la provincia de Chiang Rai, en el norte de Tailandia, el nivel del agua no deja de subir dentro de la cueva, donde los pequeños futbolistas de entre 11 y 16 años y su entrenador de 25 se refugiaron el sábado después de un entrenamiento.

El jefe de la junta tailandesa, el general Prayut Chan-O-Cha, se desplazó hasta el lugar de la tragedia que tiene en vilo al país durante la mañana para apoyar a las familias y supervisar la operación de rescate, que moviliza a un millar de efectivos, entre ellos militares estadounidenses y buzos británicos.

Tras una suspensión de las operaciones submarinas el jueves debido a un nivel demasiado alto a pesar de las numerosas bombas de agua instaladas, estas se reanudaron durante la noche.

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“Se zambulleron durante varias horas” para tratar de alcanzar el lugar donde se habría refugiado el grupo, más allá de dos cámaras inundadas, confirmó a la AFP el gobernador de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn.

Pero después de seis días, las posibilidadades de sobrevivir se reducen.

En 2014 en Alemania, un hombre pudo ser socorrido de una cueva después de 11 días de espera.

En este caso, la inundación de la cueva y la disminución de las bolsas de aire complican las operaciones.

Cuarenta bombas de agua adicionales fueron enviadas desde Bangkok el viernes, precisó el gobernador.

AFP / Lillian SUWANRUMPHA

Simultáneamente a los submarinistas, que operan a partir de la entrada principal de la cueva, otros equipos trataban de perforar una vía de acceso vertical, con los riesgos de derrumbe que eso conlleva.

Los chicos entraron el sábado en la cueva de Tham Luang, situada cerca de la frontera con Birmania y Laos, después de un entrenamiento. Pero las lluvias del monzón bloquearon la entrada principal de esta compleja red subterránea de más de 10 kilómetros de largo.

AFP