Documentos exclusivos revelados por el periódico argentino Clarín, revelan que María Isabel Santos y Sebastián Marroquín, las identidades con las que reemplazaron su apellido Escobar, “actuaron de nexo comercial entre el capo narco José Piedrahita Cevallos –detenido en Colombia por pedido de Estados Unidos– y el empresario y abogado argentino Mateo Corvo Dolcet”, dice el diario argentino, que reproduce el documento del acuerdo.

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Por esa intermediación, a los Escobar se les pagó el 4,5 % de comisión.

De acuerdo con Clarín, Corvo Dolcet está preso por los cargos de lavar entre 10 y 15 millones de dólares desde el año 2008, a través de un megaproyecto inmobiliario.

La DEA había informado a las autoridades argentinas que Piedrahita Cevallos había comenzado a invertir en Argentina, país al que pretendía mudarse.

Piedrahita fue lavador de activos de los jefes del cartel de Cali.

La participación de Piedrahita en el megaproyecto inmobiliario de Corvo Dolcet, a través de diferentes maniobras, fue detectada por las autoridades argentinas, que tienen documentos incautados en allanamientos a las propiedades de este último.

Uno de esos documentos es aquel que demuestra la participación de los Escobar.

“El papel -escrito en word y con las firmas de la viuda y el hijo de Escobar y de Corvo Dolcet al pie- deja en claro que ‘Santos y Marroquín presentaron al señor Piedrahita a efectos de que invierta en el proyecto de Corvo Dolcet. El Sr. Piedrahita efectuó desde entonces distintas inversiones. En algún caso lo hizo en dinero en efectivo y otro mediante la entrega de propiedades’”, dice Clarín.