Por: France 24

France 24 la componen cuatro cadenas mundiales de información continua (en francés, árabe, inglés y español), que emiten las 24/7 en 355 millones de hogares en los 5 continentes. France 24 cuenta con 61,2 millones de telespectadores semanales (medición realizada en 67 países de los 183 en los que se emite al menos una de las cadenas) y es el primer ca...

Este artículo fue curado por pulzo   Oct 9, 2025 - 6:15 am
Visitar sitio

Robert Badinter, el exministro de Justicia y abogado que logró convencer a Francia de abandonar la guillotina, será sepultado en el Panteón el 9 de octubre, en el aniversario de la abolición de la pena de muerte en 1981. Al ingresar al mausoleo parisino que acoge a los héroes de la República Francesa, su legado continúa inspirando la lucha global contra la pena capital.

Robert Badinter, abogado, académico y exministro de Justicia que lideró la histórica abolición de la pena de muerte en Francia, será homenajeado en el Panteón el 9 de octubre, exactamente 44 años después de que se firmara la ley que él mismo redactó.

Badinter, quien murió en febrero de 2024 a los 95 años, se unirá a figuras ilustres como Victor Hugo, Marie Curie y Simone Veil, sepultadas en el gran mausoleo que domina la margen izquierda de París.

El exministro encarnó la lucha de Francia contra la pena capital. Su elocuente alegato ante la Asamblea Nacional el 17 de septiembre de 1981 marcó un punto de inflexión en la historia moderna francesa.

Lee También

“Mañana, gracias a ustedes, la justicia francesa ya no será una justicia que mata”, declaró Badinter a los legisladores. “Mañana, gracias a ustedes, ya no habrá, para nuestra vergüenza común, ejecuciones furtivas al amanecer, bajo el dosel negro, en las prisiones francesas. Mañana, las páginas sangrientas de nuestra justicia habrán sido pasadas”.

Una batalla personal

Aunque Badinter siempre se opuso a la pena de muerte, su lucha se volvió personal en noviembre de 1972, cuando fue testigo de la ejecución de su cliente Roger Bontems, que estaba implicado en una toma de rehenes en la prisión de Clairvaux y había sido absuelto del cargo de asesinato, pero aun así condenado a la guillotina.

“Bontems estaba muerto. Lo vi ir hacia su muerte. Vi morir al hombre que defendía. Ya no podía hacer nada por él. No se aboga por los muertos. El abogado de un hombre muerto es solo alguien que recuerda”, escribió Badinter más tarde en sus memorias La ejecución.

Aquel episodio cambió su vida. Desde entonces, su oposición se convirtió en activismo comprometido.

La pena de muerte en el banquillo

En los años siguientes, Badinter se convirtió en el abogado más destacado en casos de pena capital en Francia. Su objetivo no era solo salvar a sus clientes, sino poner la propia pena de muerte a juicio.

El caso más emblemático fue el de Patrick Henry en 1976, acusado del secuestro y asesinato del niño Philippe Bertrand. La opinión pública clamaba por su ejecución.

Badinter, sin embargo, usó el juicio como tribuna:

“Solo ustedes —solo ustedes aquí— tienen el derecho de decidir sobre la vida y la muerte de alguien. Eso merece pensarlo dos veces.”

Advirtió a los jurados que la abolición sería inevitable y les pidió no quedar del lado equivocado de la historia.

“Les dijo que la abolición se aprobaría tarde o temprano”, relató Bardiaux-Vaïente. “Los miró con el ceño fruncido y, con su voz inconfundible, les preguntó qué le dirían a sus hijos cuando éstos les preguntaran por qué habían votado para que un hombre fuera partido en dos”.

Contra todo pronóstico, Henry fue condenado a cadena perpetua y no a muerte. En los años siguientes, Badinter logró sentencias similares en cinco casos más, debilitando progresivamente el apoyo a la guillotina.

El aliado de Mitterrand

En 1981, con la elección de François Mitterrand como primer presidente socialista de la Quinta República, la abolición se volvió posible. Badinter, su aliado cercano, fue nombrado ministro de Justicia, el “Guardián de los Sellos”.

A pesar de que la mayoría de los franceses aún apoyaba la pena capital, Badinter siguió adelante. Antes de la votación decisiva en el Senado, evocó el escaño que alguna vez ocupó Victor Hugo y citó su famosa frase: “Mientras exista la pena de muerte, no habrá verdadera civilización.”

El 9 de octubre de 1981, Francia se convirtió en el 35.º país del mundo en abolir la pena de muerte.

Una causa global

La lucha de Badinter no terminó en Francia. Fue presidente honorario del grupo Ensemble contre la peine de mort (Juntos contra la pena de muerte, ECPM) y dedicó el resto de su vida a la causa internacional.

“No era un nostálgico. No se detuvo en lo que había logrado en 1981. Su compromiso continuó”, dijo Raphaël Chenuil-Hazan, director general de ECPM. “Lo recuerdo yendo de debate en debate, con su cuaderno y su pluma.”

Según ECPM, hoy el 77% de los 198 Estados y territorios del mundo ya no ejecutan: el 62% por abolición y el 15% mediante moratoria. Pero 55 países aún aplican la pena capital, entre ellos China, Irán, Arabia Saudita, Estados Unidos, Japón e India.

“Si miramos por población, más personas viven bajo la sombra de la pena de muerte que sin ella”, dijo Chenuil-Hazan.

Un legado de coraje

El panorama mundial sigue siendo preocupante. En 2024, Amnistía Internacional registró 1.518 ejecuciones en todo el mundo, la cifra más alta en una década, un dato que ha alarmado al Conseil national des barreaux (CNB), que representa a los abogados de Francia.

“Es una lucha con la que la profesión jurídica está profundamente comprometida”, declaró Julie Couturier, presidenta del CNB.

“Solo unos pocos países siguen llevando a cabo ejecuciones, pero sigue siendo una herramienta de disuasión política, especialmente en Irán”, añadió.

Para honrar la memoria de Robert Badinter, el CNB creó un premio que lleva su nombre con el fin de apoyar a jóvenes abogados que trabajen en derechos humanos y justicia social.

“Es tentador ponerle su nombre a una sala o a un palacio de justicia, pero preferimos un homenaje más acorde con sus convicciones”, explicó Couturier, exalumna de Badinter en la Universidad de la Sorbona de París, donde él enseñó durante más de dos décadas.

Recordándolo como un “gran hombre” que la inspiró a dedicarse al Derecho, Couturier afirmó: “Por supuesto recordamos su lucha contra la pena de muerte porque transformó a la sociedad. Pero, sobre todo, lo que recuerdo es su valentía”.

Este artículo es una adaptación de su original en inglés 

* Pulzo.com se escribe con Z

Lee todas las noticias de mundo hoy aquí.