De acuerdo con el diario The Sun, Speller se llevó una gran decepción, pues había pagado 100 libras (unos 420.000 pesos colombianos) por una vivienda que debería tener un cuarto con 3 camas y un baño privado. Resultó que el bañó era un inodoro portátil, que ni siquiera estaba dentro del contendor gris.

Además, el contenedor se encontraba montado sobre un andén en plena avenida, y muy cerca del tren de la ciudad holandesa.

El taxista y yo ya habíamos pasado tres veces por el contenedor tratando de encontrar el lugar. Y pensamos: ‘Esto no puede ser’“, explicó Speller al rotativo británico, en medio de su sorpresa.

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El fanático del fútbol señaló que después de darse cuenta de que lo habían engañado, tuvo que irse en el mismo taxi y pagar un hotel, que le terminó costando 230 libras (casi un millón de pesos) debido a que casi todo estaba reservado por tan importante partido, explica The Sun.

Speller se comunicó con Airbnb, contó lo sucedido y pidió el reembolso de su dinero. La compañía accedió a cubrir esos gastos y además eliminó de su plataforma al usuario que engañó al londinense.

Incluso, el contenedor, descrito por su dueño como una “cabaña”, no tenía permiso de estar en ese lugar y fue remolcado por las autoridades de Amsterdam, finaliza The Sun.