Oklahoma, en Estados Unidos, ya tiene establecida una ley que, al igual que Texas, prohíbe la extracción de fetos a partir del primer mes y medio de embarazo.

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La nueva normativa desautoriza cualquier interrupción anticipada, con excepción de cuando la existencia de la madre corra grave riesgo, o cuando el embarazo sea consecuencia de agresión o mestizaje.

La nueva ley prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo en casi todos sus supuestos y anima a los particulares a denunciar a quienes lo practiquen. El proyecto de ley fue aprobado este jueves por amplia mayoría por los legisladores de Oklahoma, registrando 76 votos a favor y sólo 16 en contra.

Medios estadounidenses llamaron la atención sobre que, de aprobarse, el nuevo texto de Oklahoma se convertiría en el enemigo más prohibitivo de la regla de terminación anticipada en el país.

Kevin Stitt, gobernador de Oklahoma, ya avisó que firmará cualquier restricción sobre el aborto que llegue a su mesa. Todo esto, en medio de la polémica por la filtración del borrador de una sentencia del Tribunal Supremo del país, que revocaría la protección federal de este derecho reproductivo.

“Sostengo que Oklahoma debería ser el estado que más apoya la vida en el país”, publicó Kevin Stitt en sus redes sociales.

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Además, siguiendo la línea de la cuestionable regulación contra el aborto el año pasado en Texas, la nueva regla permite a los residentes condenar a cualquier organización o persona que ayude a una mujer en la interferencia de su embarazo. Si esto sucede, los estados que deseen hacerlo tendrán rienda suelta para apoyar las prohibiciones de abortos en su área.

Oklahoma es uno de los 13 Estados que disponen de leyes que prohibirían automáticamente el aborto en el primer y segundo trimestre.