El príncipe Harry, hijo menor de Carlos III, conocido por su pelea contra la prensa sensacionalista británica, apareció por sorpresa el lunes en una vista judicial contra el Daily Mail en Londres, seis semanas antes de la coronación de su padre.

(Le puede interesar: A los gritos y arrojándose cosas: así serían las peleas entre los príncipes de Gales)

Desde que él y su esposa, Meghan Markle, sacudieron a la monarquía anunciando que dejaban sus funciones oficiales y se fueron a vivir a California en 2020, el príncipe, de 38 años, viaja al Reino Unido en contadas ocasiones que siempre despiertan fuerte expectación.

El lunes por la mañana, para sorpresa de todos, llegó en un taxi al palacio de justicia de la capital británica. Se dirigió a una sala de la Alta Corte de Londres y se sentó en el fondo, donde por la tarde se le sumó la leyenda del pop Elton John, de 76 años.

Junto a la actriz Liz Hurley encabezan un grupo de siete demandantes que acusan al grupo Associated Newspapers, editor del Daily Mail, de recopilar información de forma ilegítima mediante detectives, escuchando sus conversaciones en sus coches o en sus domicilios.

La mayoría de acusaciones se remotan al periodo entre 1993 y 2011 aunque algunos hechos son de 2018.

(Lea también: Ya se saben los actores que darán vida al príncipe William y Kate Middleton en ‘The Crown’)

Entre ellos figuran “interceptaciones ilegales de mensajes vocales, escuchas telefónicas, obtención de informaciones privadas como facturas de telefonía o datos médicos utilizando engaños”, afirmó el abogado David Sherborne.

Associated Newspapers “refutó total e inequívocamente estas absurdas calumnias” cuando se anunció la demanda a principios de octubre y el lunes, en el primero de cuatro días previstos de visitas que proseguirán el martes, intentó que el caso fuera archivado.

Ataques a la familia real

La aparición sorpresa del príncipe en Londres tiene lugar a poco más de un mes de la ceremonia de coronación de su padre, el 6 de mayo.

Él y Meghan, que siguen siendo duques de Sussex aunque desde 2020 no pueden utilizar sus títulos de altezas reales ni representar oficialmente a la monarquía británica, fueron invitados a la ceremonia.

(Vea también: La hija menor de Harry y Meghan fue bautizada; no todos los invitados quisieron ir)

Esta se celebrará con gran pompa en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres, en presencia de decenas de jefes de Estado y gobierno y de representantes de monarquías de todo el mundo.

Sin embargo, aún no se ha confirmado la presencia de la controvertida pareja.

La última vez que se les vio públicamente en el Reino Unido fue en el funeral de la reina Isabel II, el pasado mes de septiembre.

Su eventual regreso al país ha sido objeto de muchas especulaciones en los últimos meses, tras los virulentos ataques que lanzaron contra la familia real.

En diciembre, Netflix emitió un documental de seis capítulos titulado ‘Harry & Meghan’ en que estos saldaban cuentas con los medios de comunicación británicos y con miembros de la realeza, especialmente con William, hermano mayor de Harry y heredero al trono de 40 años, a cuyo equipo de prensa acusaron de haber girado a la opinión pública en su contra.

Después, en enero, Harry publicó un polémico libro de memorias que, bajo el título de ‘En la sombra’, relataba sórdidos detalles de su vida en el seno de la familia real británica y de sus malas relaciones con su padre y su hermano.

Según la prensa británica, el príncipe no prevé encontrarse con ninguno de los dos en los próximos días.

Lee También

Traumatizado desde la adolescencia por la muerte de su madre, la princesa Diana, en un accidente de tránsito en París en 1997 cuando era perseguida por los paparazzi, Harry argulló la insoportable presión de la prensa sensacionalista para dejar la monarquía.

Afirmando que Meghan, que es mestiza, había sido objeto de ataques racistas y amenazas de muerte en las redes sociales, afirmó que no quería ver repetirse la historia de su madre.

La pareja, que tiene dos hijos, Archie, de tres años, y Lilibet, de 1 año, emprendió varias demandas judiciales contra tabloides británicos, entre estos el Daily Mail, a los que acusan de haber violado su derecho a la intimidad.