“La influencia de la NRA ha sido tan poderosa que la organización no fue controlada durante décadas mientras los altos ejecutivos desviaban millones a sus propios bolsillos”, dijo la fiscal general del estado, Letitia James.

“La NRA está plagada de fraudes y abusos. Hoy buscamos disolverla, porque ninguna organización está por encima de la ley”, señaló.

Según la fiscal, LaPierre, que dirigió la NRA durante casi tres décadas, y otros tres altos funcionarios de la NRA usaron fondos y donaciones de miembros por años como su “alcancía personal”. También gastaron decenas de millones de dólares en sí mismos y en cómplices violando las leyes que rigen a las organizaciones sin fines de lucro, indicó la funcionaria.

Los cuatro “básicamente saquearon sus activos”, dijo James, y dejaron prácticamente insolvente al grupo otrora rico que inyectó millones en campañas políticas republicanas.

En un comunicado, la NRA acusó a James de realizar una demanda para “sumar puntos políticos” en vistas a los comicios generales en tres meses. “Este fue un ataque infundado y premeditado a nuestra organización y a las libertades de la Segunda Enmienda que lucha por defender”, dijo la presidenta de la NRA, Carolyn Meadows, en la nota. Además, agregó que la NRA presentó una contrademanda este jueves acusando a James. “No solo no nos alejaremos de esta lucha, sino que confrontaremos y prevaleceremos”, dijo Meadows.

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Durante décadas, la NRA ha representado a millones de propietarios y defensores de armas en todo Estados Unidos, luchando con un éxito sustancial para debilitar y eliminar leyes que impusieran controles, basándose en la Segunda Enmienda de la Constitución.

En la política, la NRA respaldó a los candidatos que se alinearon con sus puntos de vista y golpeó a quienes apoyaron la regulación de las armas de fuego. LaPierre se convirtió en uno de los principales hombres de poder en relación al tema en Washington. También tuvo un papel importante en las elecciones de Donald Trump en 2016, y los hijos de Trump, Eric y Donald Jr, son miembros y participan regularmente en eventos de la NRA. El mandatario dijo en la Casa Blanca que el anuncio de este jueves era “algo terrible”: “Creo que la NRA debería mudarse a Texas y llevar una vida muy buena y hermosa”, añadió.

James dijo que LaPierre usó ilícitamente fondos de la NRA para pagar aviones privados para llevar a su familia a lujosas vacaciones en las Bahamas, y transportar a otros parientes por el país. Además, cargó a la NRA safaris por África y hasta su membresía personal de golf, algo que no estaba previsto oficialmente. También mantuvo con fondos de la asociación su propio consultor de viajes por 26.500 dólares al mes en Los Ángeles, aunque la NRA tiene su propio agente de viajes.

Según James, LaPierre aceptó además regalos de lujo y viajes en yates por parte de proveedores de la NRA, y se otorgó un paquete de retiro de 17 millones de dólares sin la aprobación de la junta de la asociación.

La presentación judicial indica que muchos de esos abusos eran avalados por los otros tres acusados, todos reclutados por LaPierre. Entre ellos, el extesorero de la NRA Wilson Phillips, a quien se acusa de contratarse a sí mismo como consultor de la organización por 1,8 millones de dólares, y de ocultar decenas de millones en gastos para ejecutivos de la NRA, como los pagos al contratista de relaciones públicas, Ackerman Queen. Fueron igualmente acusados el consejero general John Frazer, y el exjefe de personal Joshua Powell.

La acusación de James se produce cuando se esperaba que la NRA, aunque económicamente debilitada, inyectara grandes sumas en las elecciones generales de noviembre. Jason Ouimet, directivo del grupo de lobby, dijo el jueves al Washington Free Beacon que pondrán “decenas de millones de dólares” en candidaturas por todo el país.