El sumo pontífice sorprendió a cardenales, obispos y otros altos dirigentes del Vaticano al anunciar que pondrá fin a las ventajas inmobiliarias de las que hasta ahora gozaban varios de ellos en la Santa Sede.

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Y es que el papa Francisco firmó un decreto en el que se obliga a aquellas personas que viven en algún inmueble de propiedad del Vaticano a pagar dicho espacio, según recogió el portal italiano Il Gazzettino.

Esta nueva decisión se suma a la tomada en abril de 2021, cuando les bajó un 10 % del sueldo a los cardenales por culpa de la crisis económica que se dio en la pandemia. Según ABC, la gran mayoría recibe un pago mensual de unos 3.000 o 4.000 euros (entre 15 y 20 millones de pesos al cambio de hoy).

Pese al dinero que reciben, el Vaticano les costea el alojamiento a muchos de ellos, sobre todo en apartamentos de entre 75 y 200 metros cuadrados ubicados en los alrededores de la plaza de San Pedro.

Qué decidió el Papa Francisco respecto a vivir en Vaticano

Ahora, y con la decisión del pontífice, los cardenales y altos funcionarios deberán hacer un “sacrificio” para pagar sus alquileres a los precios del mercado, según recogió el medio italiano.

En portal explica que los cardenales que vivían en departamentos vaticanos estaban hasta ahora exentos de alquiler. Sin embargo, a partir de ahora todo será diferentes ya que la Iglesia, “en un contexto económico como el de hoy, de especial gravedad, hará frente a los compromisos crecientes”, según el decreto firmado por el papa.

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Esta medida no se aplicará a los contratos en curso, que concluirán sin verse afectados por la decisión papal. No obstante, si van a ser prolongados tendrán que hacerse bajo las nuevas normas. En caso de que haya alguna excepción, esta deberá ser autorizada por Francisco.

El Vaticano cuenta con un extenso patrimonio inmobiliario valorado en miles de millones de dólares, incluyendo prestigiosas direcciones en París, Londres y Ginebra, así como numerosos departamentos en Roma.

Desde su elección en 2013, el papa argentino ha tratado de poner orden en las finanzas de la Santa Sede, intentando reforzar la transparencia en el Vaticano.