Francisco se detuvo ante unas monjas y al ver a una de ellas muy agitada que gritaba: “viva el papa” le dijo sonriendo: “tú muerdes”.

Y después afirmó que le daría un beso si estaba tranquila y solo si no le mordía. “Te doy un beso, pero tú no me muerdes”, dijo Francisco y ante la respuesta positiva de la monja se acercó a abrazarla.

Un episodio que se produce después de que el pasado 31 de diciembre, Francisco reacciono enfadado y dio un manotazo a una mujer que le agarró bruscamente de la mano y le empujó hacia ella, mientras saludaba a los fieles en su visita a la plaza de San Pedro tras oficiar la última misa del año.

Papa Francisco halado en Roma

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La mujer, de rasgos asiáticos, se encontraba junto al resto de fieles tras las barreras de seguridad de la plaza y cuando el papa pasó frente a ella, le agarró de la mano y le atrajo repentinamente hacia ella.

Francisco trató inmediatamente de zafarse de la mujer y, tras lograrlo, le golpeó la mano en señal de reprimenda, visiblemente irritado, mientras sus agentes de seguridad se acercaba en su ayuda, aunque no tuvieron que intervenir.

Al día siguiente, el pontífice argentino pidió públicamente perdón por ese gesto. “Muchas veces perdemos la paciencia, también yo. Pido perdón por el mal ejemplo de ayer“, dijo tras el rezo del Ángelus.